En este artículo vamos a acercarnos a uno de los monumentos históricos más importantes de Londres. Se trata de la Torre de Londres, un gran castillo medieval a orillas del río Támesis cuya larga historia no ha estado exenta de pasajes muy oscuros. Si sus paredes hablaran…

Las primeras referencias que se tienen de esta construcción son de la época en la que los romanos desembarcaron en Gran Bretaña y llamaban a dichas islas Britania. Al Emperador Claudio le gustó el lugar y para proteger el paso del río ordenó construir una fortificación para proteger este punto estratégico de la por entonces naciente ciudad de Londinium. Si nos damos una vueltecita por el barrio financiero de Londres (The City) y alrededores descubriremos partes de la muralla romana que rodeaba la ciudad (200 d.C).

Con los años los distintos ocupantes de dicha fortificación la fueron adaptando a sus necesidades hasta crear el complejo que podemos visitar hoy en día. La construcción más famosa de todo el complejo es la llamada Torre Blanca construida durante el reinado de Guillermo I en el siglo XI.

La Torre de Londres se convirtió en un instrumento al servicio del poder y no siempre para bien ya que aunque fue ocupado como residencia real también era la prisión que todos los opositores temían. Durante siglos fue sinónimo de opresión debido a que aquí encerraban, torturaban y ejecutaban a los que se oponían al rey. El trato y las condiciones eran tan malos que muchos de los que entraron jamás llegaron a salir con vida. A lo largo de su historia muchos personajes pasaron por sus rejas aunque el más famoso de ellos es Ana Bolena que fue ejecutada en la Torre Verde (Tower Green). Tampoco debemos olvidar a la jovencísima Jane Grey quien accedió al trono con tan sólo 16 años y que tras 9 días fue destronada por María Tudor como bien nos contó Manuel en «La ejecución de Lady Jane Grey«.

El mejor lugar para empezar la visita es la Torre Blanca, es el edificio más antiguo y fue utilizado como residencia real, armería y prisión. Curiosamente es el que le da nombre a todo el conjunto. En su interior podremos ver la armadura de Enrique VIII (por lo que parece era un gigante) y la Capilla de San Juan Evangelista del siglo XI.


El siguiente punto de interés podría ser el Palacio Medieval que si bien era una construcción fortificada nos muestra como vivía la realeza de antaño.

Otro lugar menos espectacular que los anteriores pero cargado de simbolismo es Tower Green, un espacio ocupado por un memorial a todos los que literalmente “perdieron la cabeza” durante su cautiverio en la Torre de Londres. Ser ajusticiado aquí era un símbolo de jerarquía ya que tanto las víctimas como el rey evitaban los insultos y/o jaleos del “pueblo llano”.

Vamos a terminar nombrando la exposición “más valiosa” de todas. Para ello entramos en los barracones de Waterloo (Waterloo Barracks). Entre fuertes medidas de seguridad en este edificio se exponen las Joyas de la Corona Británica. La puerta acorazada de acceso nos anuncia que estamos a punto de ver algo extraordinario. La colección está formada por coronas, espadas, cetros, trajes y numerosos utensilios fabricados con oro y piedras preciosas. Según la guía son 23.578 piezas en total. Sólo la corona de la reina Isabel II contiene 2868 diamantes, 273 perlas, 17 zafiros, 11 esmeraldas y 5 rubíes. Ahí es nada.
Sacar fotos aquí está prohibidísimo pero mi inconsciencia me pudo y lo hice escondidas con el móvil. No lo hagáis, si os pillan os meteréis en un buen lío.

La Torre de Londres ofrece mucho y hablar aquí de todo nos llevaría más tiempo del razonable. Se trata de una lección de historia con mayúsculas a través de capillas, torres y exposiciones. Todo ello empaquetado en un recinto amurallado que exhuma antigüedad en cada rincón.


En resumen, una visita imprescindible.
Cómo llegar
- Obviamente nos encontramos en Londres.
- Metro: Tower Hill underground station.
- Tren: Estaciones Fenchurch Street o London Bridge.
- Autobús: Líneas 15, 42, 78, 100, RV1
Más información
Horarios, precios, mapas y cualquier otra cosa que necesitemos saber.
sidebar:ciudad:londres
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Visita imprescindible a pesar de las casi 20 libras que cuesta ya, sí. Lugar en el que todos los conspiradores contra la corona terminaron sus vidas o fueron torturados. Da un poco de repelús pensarlo. 🙂
¡Un saludo Txemi!
Pues me parece una gran lección histórica a rasgos generales, muy interesante. Enrique VIII jugaba al basket en sus ratos libres, era tocho el colega!