Entrevista a Manuela Ramos, ¡tan vital como Londres!

Si me preguntaran quien personifica mejor el espíritu de Londres de todos aquellos que con los años he ido entrevistando allí, sin duda, pensaría en Manuela Ramos. Esta joven periodista zaragozana rebosa inquietud, vitalidad y no hay nada que le asuste más que una cosa: perder el tiempo.

Otro febrero más por Londres y, tras una entrevista con Dolores en el tranquilo pueblo de Balcombe –pendiente de publicar–, había quedado con Manuela en los aledaños de Covent Garden; dos perfectos desconocidos que compartimos afición por la comunicación y sobre todo por conocer otras personas y sus historias. Ella me entrevistaba a mí mientras yo la entrevistaba a ella, ese era el trato; lo complicado fue encontrar un local sin mucho barullo y con un nivel de ruido aceptable para poder charlar bajo el atento oído de las grabadoras.

Manuela Ramos tiene tan solo 23 años, y por entonces llevaba sólo dos semanas en Londres en la que es su primera experiencia de vida en solitario fuera de España. Aunque su aventura londinense tiene fecha de caducidad, ya que Manuela tiene nuevos planes para septiembre; sin embargo, el tiempo que estará en Londres lo quiere aprovechar al máximo. Joven pero madura, tiene las ideas muy claras, es valiente y decidida, y cuenta con una vitalidad inagotable que proviene de su juventud y de su empeño por hacer muchas cosas, por no perderse nada. Pero dejemos que sea Manuela quien nos cuente su historia.

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Nada más acabar la carrera de periodismo, me fui a vivir a Barcelona buscando un ambiente multicultural, y después me lancé a un viaje por el centro/este de Europa que me dejó totalmente enganchada con la cultura y las gentes de ese rincón del mundo. La siguiente parada ha sido Londres, con unas ganas locas de exprimir mi tiempo en la cuidad a partir de un plan ligeramente esbozado. Aterricé aquí hace un par de semanas, con un buen nivel de inglés y el suficiente descaro que me posibilitaron encontrar trabajo de cara al público prácticamente al día siguiente. El sueldo es mínimo (6 libras/hora), pero suficiente para ir tirando en Londres sin gastar de mis ahorros. Vivo en una casa compartida situada en Bricklane (barrio de Shoreditch), y trabajo cerca del Tate Modern.

El periodismo es una de mis grandes pasiones, las otras son el running y el baile. De pequeña estuve aprendiendo ballet en el Conservatorio profesional de danza de Zaragoza (hasta los 16 años). Fue entonces cuando cambié a otros estilos como danza jazz, funky, hip hop… Un poco de todo. Gracias a ello, he sido durante años profesora de baile en mi ciudad, dando clases de ballet, baile moderno, hip hop, zumba… a niños y no tan niños. ¡Hasta fui cheerleader del equipo de baloncesto CAI Aragón! Aquí en Londres he vuelto al ballet, dado que es una ciudad con una gran oferta de este tipo de baile y también hip hop (aunque en esto soy una beginner) con una amiga alemana que he conocido aquí.

Aprovecho al máximo para conocer gente, por ejemplo asistiendo a eventos de startups que se organizan continuamente en Londres. Los martes por la noche corro por el centro de Londres con un grupo de runners llamados London Midnight Runners. Una vez incluso nos disfrazamos todos de Wally y no parábamos de recibir comentarios mientras corríamos, fue muy divertido. Dí con ellos a través de Twitter y la verdad es que es una forma de conocer nueva gente en la ciudad y continuar con esta afición que tenía en Zaragoza. Y ahora tengo un reto: ¡estoy entrenando para hacer una media maratón! Sigo colaborando con la revista Zero Grados en Zaragoza, precisamente publiqué con ellos un artículo sobre mis aventuras de runner nocturna por Londres. A veces juego con la idea de dedicarme a enseñar a bailar en una academia de Londres, si en un futuro decidiera quedarme a vivir en esta ciudad.

También me apasiona entrevistar gente que considero interesante e inusual, de los que en Londres por supuesto los hay a patadas; mi próximo proyecto es entrevistar a un artista que ¡pinta chicles en el suelo del puente que lleva al Tate Modern!

Tengo una amiga alemana aquí en Londres a la que conocí un sábado por la noche en el autobús. Es periodista, baila hip hop y también está de paso en la ciudad. Nos llevamos muy bien y hacemos mil y un planes juntas: hemos ido a ver el musical de Sweeney Todd, una película española con subtítulos en inglés, una competición de profesionales del hip hop, karaoke party… En poco tiempo hemos hecho muy buenas migas. Y, la verdad es que la gente se sorprende cuando contamos cómo nos conocimos. Yo creo que esto forma parte de la magia que tiene esta ciudad.

En breve participaré en el evento Pint of science de Londres. Y, no solo eso… ¡Me toca presentar el evento uno de los días que se organiza! Hablar en inglés delante de un público de científicos en un pub… ¿Por qué no? ¡Hemos venido a jugar! jajaja

En septiembre mi idea es hacer un voluntariado relacionado con el mundo de la comunicación o con el mundo del baile y el arte, que me permita seguir viajando y descubriendo el mundo en un ambiente internacional, algo a lo que estoy definitivamente enganchada. Pero antes, en junio me ha surgido la oportunidad de irme como voluntaria durante 10 días a Bulgaria a dar clases de baile a niños en riesgo de exclusión social. Va a ser toda una experiencia y, además, volveré a un país que me dejó con mal sabor de boca cuando me fui de viaje por los Balcanes. Así, le doy una segunda oportunidad a Bulgaria. Y más adelante, me gustaría ir a Rumanía a aprender teatro negro, y luego poderlo enseñar en otras partes del mundo.

¿Y qué me asusta? No encontrar un camino, pero sobre todo me aterra perder el tiempo y desaprovechar la vida. Me encuentro en una etapa vital con tantas ganas, ideas y posibilidades que me parece un pecado no explorarlas todas.