
Queridos hijos: ¿os acordáis de cómo vinisteis al mundo? ¿Y de lo rápido que crecisteis o de cómo, a los pocos meses, aprendiais a poneros de pie en la cuna? ¿Recordáis vuestra primera papilla de frutas? ¿Y cuál fue vuestro primer juguete preferido?
No lo recordáis en absoluto, ya lo sé.
Pero fue en esa primera etapa de vuestra vida, antes de cumplir vuestro primer año que, entre tantas otras cosas, también aprendisteis a volar.
Sabed hijos míos que vuestra madre no voló hasta la adolescencia, y que vuestro padre no lo hizo hasta años después de tener la mili hecha. Sabed también que vuestros abuelos no han tenido la misma suerte que papá y mamá, y ya no digamos la vuestra: lamentablemente, vuestros abuelos no saben volar. Y sabed que, aunque no nos deis ni un minuto de paz –ni siquiera escribiendo estas líneas–, no os imagináis lo orgullosos que estamos de que ya hayáis paseado entre las nubes.
Vuestros primeros vuelos fueron a Stuttgart y Basilea, con 8 meses y 4 meses de edad, respectivamente. A esa temprana edad era muy fácil llevaros a los sitios… También era sencillo contentaros con las cosas más simples: nuestras carantoñas, unos pocos potitos de vuestro agrado y la leche materna eran suficientes. Más adelante, cuando ya sabíais caminar y la curiosidad por tocarlo TODO os consumía, ahí sí que suponía todo un reto llevaros en avión. Pero lo hacíamos encantados, una y otra vez, a pesar del cansancio y de algunos ratos de verdadero estrés que nos hacíais –y os hacíamos– pasar. Formaba parte del viaje, de la aventura.
Sabed que vuestros padres nunca hemos concebido los viajes sin vosotros, que siempre hemos creído que debíamos estar juntos. Nunca habéis sido un estorbo para disfrutar de los viajes, todo lo contrario. Sabemos que los años pasan muy rápido y que las oportunidades vuelan, que gracias a vosotros hemos experimentado los destinos desde otro ángulo y con otros ojos, ya fuera a partir de vuestro entusiasmo o de vuestras rabietas –que las ha habido, por supuesto–. Sabed que hemos adaptado nuestros gustos y horarios a los vuestros lo mejor que hemos sabido, y que no ha habido un mal viaje desde que somos cuatro. Al contrario.


No lo recordáis hijos, así que tendréis que creerme cuando os digo que antes de cumplir los 5 años habéis estado en Eslovenia, Croacia, Italia, Alemania, Austria, Suiza, Francia, Suecia, Noruega, Dinamarca y Reino Unido… A algunos de estos países habéis viajado en varias ocasiones. Ya sé que es como si no hubiérais estado en la mayoría de estos destinos, pues vuestra memoria entonces era muy tierna, así que no tendréis más remedio que descubrirlos de nuevo en el futuro. Por entonces no os mirarán con ojos tan tiernos como cuando érais niños, pues sabed que de niños os han mimado en todos esos sitios y siempre nos hemos sentido muy bien acogidos allí donde hemos viajado en familia.
No tengáis prisa por viajar solos, no os precipitéis en arrancar vuestro primer vuelo sin motor. Pero cuando sintáis la necesidad de saltar, no temáis. Ya descubriréis estos y tantos otros destinos de jóvenes o de más mayores, pero en cualquier caso creed a vuestro padre cuando os dice que hay mucha gente buena en el mundo, que no estáis solos y que debéis confiar en los demás. Portaros bien, sed atentos, respetuosos y comunicativos, porque si algún día leéis estas palabras, debéis saber hijos míos que el mundo entero está a vuestro alcance.

Hay que ver lo que aprenden los peques en los viajes, aunque luego no se acuerden de nada.
Muy emotivo e inspirador!
Gracias Pau, y lo que aprendemos también los papás con ellos… Pero tú ya lo sabes 🙂
Me gusta muchísimo. «…nunca hemos concebido los viajes sin vosotros…». No puedo estar más de acuerdo. Genial post…:-D
Preciosas instrucciones para despegarse del suelo y verlo todo con una buena perspectiva. Nunca un manual de vuelo ha contenido tanto amor. ¡Bravo Manuel!
Salut!
Muchas gracias a todos, las palabras que nacen del corazón siempre tienen más llegada. ¿Os imagináis que mis hijos las leen de mayores? 🙂
Sin palabras !!!! Y como me gustaria poder expresarme como vosotros. Algun dia!!! Sin prisa.
Me ha encantado Manuel. Los viajes cambian con los niños, pero nunca son un impedimento para viajar y descubrir lugares.
Estoy segura que cuando lean tus palabras estarán muy contentos de tener unos padres que no los han apartado de sus viajes.
Un abrazo!
Me ha encantado, muy emotivo y sincero.
A mi y a mi marido también nos gusta viajar y desde que nació nuestro hijo siempre hemos ido con el a todos lados, vale la pena, viajar abre la mente y es maravillosos conocer gente, culturas, lenguas disntintas.
Un saludo,
Mireia (amiga y compañera de trabajo de Ana, la super viajera y mama de tus hijos!)
Gracias, no lo he dicho pero ella se merece un monumento por todo el tiempo dedicado a los preparativos de cada viaje. Las maletas de los niños son tan complicadas de preparar…
Mi más sincera enhorabuena por la entrada, personalmente me ha encantado.
Saludos.
¡Qué bonita entrada!
Yo que siempre he viajado con mis padres les estoy muy agradecida, así que supongo que a tus hijos les pasará igual 🙂