Campos de amapolas, islas vírgenes, playas de arenas blancas, faros, veleros, torreones de cuentos de hadas y princesas, malvarrosas, cultivos de ostras Marennes Oléron, burros con pantalones paciendo en la campiña francesa… Si visitas la costa oeste de Francia este verano, no te puedes perder este pintoresco e inolvidable rincón del país, que tiene su punto de partida en la deliciosa ciudad portuaria de La Rochelle y su final de destino en los faros de ensueño de cualquiera de sus islas.

Su época álgida son los meses de julio y agosto, durante los cuales las tres islas más próximas a La Rochelle (Ré, Oléron y Aix) muestran su ocupación más elevada del año, multiplicando hasta por diez su número de habitantes en invierno. Con la mayor parte de sus visitantes procedentes de la propia Francia, pero también de Reino Unido, Bélgica y Holanda, La Rochelle y sus islas son todavía un destino por descubrir para muchos españoles. Y es que los pequeños pueblecitos de pescadores de esta inexplorada región de la costa francesa guardan todavía un encanto mágico que te transporta al pasado y te hace sentir como si estuvieses muy lejos del mundo, y al mismo tiempo muy cerca de lo mejor preservado de la naturaleza en su estado más auténtico.

Montar a caballo, navegar en velero, recorrer la isla en bici o visitar un criadero de ostras con una de las denominaciones de origen más preciadas en toda Francia son algunas de las actividades que ofrecen a sus visitantes las islas de la comarca de La Rochelle. Hay siglos de historia escondidos en altos torreones, historias de marineros en lo alto de sus faros apuntando a lo más lejano del océano Atlántico, e incluso una especie original de la isla, los burros, que se visten con pantalones y hacen las delicias de los más pequeños que acuden a esta zona en la época más agradable del año, por su clima y explosión de naturaleza.


En La Rochelle todo sabe a mar. Desde sus inconfundibles ostras verdes -que deben su nombre a una especie endémica de microalga de la isla de Oléron conocida como Navitule Bleu– hasta sus caracolas de mar, sopas de pescado, mejillones y los elaborados guisos de sepia, que dejan satisfecho al paladar más exquisito. Todo nos lleva este verano hasta Francia, según muchas guías uno de los destinos más atractivos del continente europeo. Por algo será.



Agradecemos a Visit Poitou Charentes y a la región de Oeste Francia su compañía durante este viaje y toda la ayuda prestada para la elaboración de este post.
sidebar:ciudad:burdeos
Tu relato me viene de perlas Doris, la semana que viene estaré por allí.
Un beso!
Parece que puede ser un destino muy interesante, yo conozco el oeste de Francia pero nunca llegué tan al norte, me lo apunto 😉
Gracias a los dos, sin duda rincones que merecen la pena para una escapadita 🙂