Pretorianos postizos, en el Coliseo de Roma

De entre todos los puntos de interés más visitados de Roma —cientos de ellos— seguramente el Coliseo ocupa la primera posición. Es el icono de la ciudad, de dimensiones descomunales y de casi dos mil años de vida. Su historia es muy sugerente; nos habla de grandes logros tecnológicos, peleas de gladiadores, recreación de batallas navales, sacrificio de cristianos ante los leones, conflictos sociales (la famosa frase “poco pan y máximo circo”)… Además, se trata de uno de los monumentos más cinematográficos del mundo.

Por todo ello es fácil comprender de que se trate de un monumento muy popular que recibe miles de visitantes al día, que se disponen en largas colas a su entrada, con la paciencia que sólo puede tener un turista.

Precisamente, esta atracción que el Coliseo supone para los turistas genera un gran negocio a su alrededor. Un caso bien particular y gracioso consiste en ver cómo unos pseudo-actores aparecen en sus aledaños disfrazados de soldados y procuradores romanos. Lo simpático del asunto, a parte de lo aparatoso de las vestimentas, es ver cómo escenifican la representación de sus antepasados, pero con un carácter romano 100% actual: los verás con gafas de sol, el casco fuera mientras se encienden un cigarrillo, hablando por el móvil constantemente… Vaya, hacen de todo menos una actuación rigurosa.

Estos romanos —que sí lo son por empadronamiento, pero que seguramente tengan poco que ver con sus ilustres antepasados— buscan principalmente que te hagas fotos con ellos, y llevarte un simpático recuerdo. La foto no es gratis, te pedirán unos euros a cambio, pero seguro que a muchos os compensa el trueque. Total, una foto con un alto componente hortera/macarra siempre viene bien para aligerar el paso del resto de fotos del álbum de nuestra visita a Roma.sidebar:ciudad:roma