Roma, non basta una vita. Con este antiguo adagio describieron nuestros antepasados la majestuosidad y gloria de la Ciudad Eterna. Dicen los romanos oriundos del lugar que hasta 900 iglesias la coronan, siendo necesarios sus consiguientes 900 días para ver en detalle cada una de ellas, con sus coloridos y magníficamente conservados frescos y sus auténticas piezas de museo firmadas por los grandes maestros de la época del Renacimiento. Además de los grandiosos monumentos y edificios que visten y engalanan cada una de sus elegantes calles, encabezadas sin duda por la vía Condotti, a unos pocos metros de las célebres Spanish Steps de la plaza de España y lo más parecido a la milla de oro en Italia. Uno de esos lugares para ver y ser visto.

Un museo al aire libre del Renacimiento
Roma es una bella dama engalanada de colores por el antiguo imperio y por las luces del atardecer. Sus puestas de sol son de color rosa y oro y bañan cada una de las proporcionadas cúpulas que perfilan el lienzo dibujado por las siete colinas que conforman la ciudad. A media tarde, el sonido de las gaviotas resuena a lo lejos, dulcemente, en la plaza de San Pedro y se entremezcla con las campanadas de su célebre basílica.

Otra de las majestuosas obras de arte de este museo al aire libre del Renacimiento, que en su interior conserva celosamente la única pieza firmada por Miguel Ángel Buonarrotti, su célebre Piedad. Una piedad que también parecen clamar a gritos las 240 esculturas de papas y personajes religiosos que coronan las cuatro filas de columnas de esta amplia y vasta plaza de la Ciudad del Vaticano, el único estado del mundo en el que no figuran registrados nacimientos. El obelisco que preside la plaza fue traído desde Heliópolis del antiguo Egipto a Roma por Calígula.


Callejear y perderse por las calles de Roma
Lo mejor sin duda de Roma es perderse por sus calles recoletas y dejarse envolver por los más de 3.000 años de historia que hacen de esta ciudad un lugar tan especial que, al menos, debería ser visita obligatoria una vez en la vida. O, si se lanza una moneda de espaldas a la Fontana di Trevi, repetir visita y cumplir un deseo.

El melódico sonido del italiano se funde al pasear sin rumbo por sus calles, y al llegar a la plaza Navona con los deliciosos olores del espresso y del capuccino, que inundan el ambiente junto con los de los mejores platos de pasta, pizza y risotto que probablemente haya probado nunca. El punto culminante del viaje es, cómo no, el legendario Coliseo, única de las siete nuevas maravillas del mundo que se conserva en Europa y cuya calificación se merece sin duda muy justamente. El sol se pone lentamente sobre la bella dama, Roma que al revés se lee Amor, y deja paso a una luna casi llena que ilumina de nuevo este inigualable museo vivo que todavía hoy, miles de años después, sigue conservando su mágico encanto.



sidebar:ciudad:roma
También te puede interesar...
- 10 visitas imprescindibles en Roma
- Preparar las visitas de la Roma histórica
- Panteón de Roma, obra maestra de la Antigüedad
- La última joya arqueológica de Roma
- La Domus Aurea de Nerón
- Piazza Navona de Roma
- Pretorianos postizos, en el Coliseo de Roma
- Villa Borghese: un oasis en el verano de Roma
- Las escaleras infinitas del Vaticano
- La Bocca della Verità de Roma
- Roma, un paseo por la ciudad eterna
La Piazza Navona, el Panteón de los dioses. Pasear por los Foros Romanos, seguir por el Monte Palatino, y vuelta por El Coliseo. La Basílica de San Pietro in Vincoli, la de San Pablo Extramuros. El Vaticano. Cenar en un restaurante por el Trastevere, pasear por los aledaños del Tíber. Grande Roma!!!!
Beautiful Rome 🙂
Precioso Doris, me ha encantado ver a Roma a través de tus ojos. Gracias!
Me encanta roma y toda su historia, es como viajar al imperio de Cesar y Augusto. Yo la descubrí gracias a una página tourporitalia.com donde lo mejor fue el trato que recibí, gracias Sofía