El verano pasado buscábamos pasar unos días de tranquilidad con los niños, en un entorno rodeado de naturaleza y cerca del mar o de algún lago. Nos atraía como siempre descubrir una cultura, gastronomía, idioma y valores distintos a los nuestros, que nos inspiraran a los mayores y que abrieran los ojos de los pequeños a un mundo diferente.
Apostamos por la región sueca de Småland, y acertamos de pleno. Acompáñanos y descubre cómo se vive en una casa del sur de Suecia.

Una casa en el sur de Suecia
Alquilar la casa o el piso a un local es una buena manera de introducirnos al estilo de vida y la cultura de un destino, conservando al mismo tiempo cierta independencia. En contraposición, los hoteles son igual de impersonales y asépticos en todas partes.
Para nuestro viaje por el sur de Suecia escogimos alquilar una casa situada al sur de Kalmar (a media hora en coche), en una tranquila urbanización perteneciente al pueblecito de Törsas. Sus propietarios, una familia sueco-argentina con niños pequeños, no residían allí en ese momento (¿estarían de viaje como nosotros?), pero nos habían dejado su hogar como si se hubieran marchado el día de antes: la decoración y el mobiliario, los utensilios de cocina y la nevera a medio llenar, los juguetes, etc., la casa nos recibió con una calidez y una familiaridad que nos hizo sentir como si llevásemos viviendo en el sur de Suecia toda una vida. O casi.

Nuestra casa de Törsas tenía jardín a cuatro vientos, dos porches de madera, tumbonas de mimbre, bicicletas, columpio y una enorme cama elástica en su parte delantera. Por dentro era espaciosa, con una distribución en planta muy práctica y acertada –a nuestro modo de ver–. Los suecos no son nada ostentosos, al contrario valoran mucho la sencillez, y esta casa rezumaba sencillez y elegancia por sus cuatro costados.


Este hogar estaba impregnado de unos valores de familia que compartimos plenamente, imaginaros el gozo de pasar unos días viviendo el estilo de vida reposado del sur de Suecia…

Un riachuelo corría alegremente a pocos metros de la parte trasera de la casa, e iba a desembocar a orillas del Báltico, a donde podíamos acercarnos en un agradable paseo a pie de 10 minutos. De noche, el plan antes de acostar a los niños consistía en dar un paseo con ellos con linterna, intentando localizar las ranas que rompían el silencio de la noche. Pero al llegar la hora del paseo nocturno, los peques estaban siempre tan cansados que preferían ir a dormir a sus camas.


Estábamos muy a gusto tanto en casa como fuera: la luz de Suecia en verano es muy especial, nos acariciaba amablemente durante el día y languidecía durante varias horas antes del anochecer, regalándonos unas puestas de sol antológicas. El aire puro y el silencio nos envolvían a cualquier hora del día o de la noche, y la temperatura no superaba unos muy agradables 25° C a mediodía, refrescando eso sí cuando llegaba la oscuridad. Sin mosquitos ni hormigas acechando nuestra casa, no podíamos estar mejor.


Apenas vimos gente en el vecindario, de vez en cuando circulaba una familia en bici y poco más. Algunos tractores y otras herramientas agrícolas depositadas en los jardines nos daban una pista del modo de vida de aquellas gentes, y percibíamos un cierto aire de autosuficiencia e individualismo, junto a una cierta distancia que nos dificultaba conversar con ellos: la verdad es que no tuvimos oportunidad de hablar con ningún vecino en los cuatro días que pasamos en nuestra casa de Törsas. Sin embargo, la convivencia parecía sólida, y chocaba a nuestros ojos observar todas las propiedades sin vallar, o las costosísimas mesas y sillas de jardín puestas en el exterior sin ninguna medida de protección. Esto nos proporcionaba una sensación de seguridad total, pero al mismo tiempo nos entristecía al recordar cuán diferente es la situación donde vivimos.


Las zonas de sur de Småland, bañadas por las aguas del Báltico, están plagadas de pequeñas villas y urbanizaciones, con una densidad de población extremadamente baja. Al menos esa fue nuestra experiencia al recorrer kilómetros y kilómetros de paisajes compuestos de bosques y coquetas casas de madera, siempre independientes: costaba mucho ver núcleos de población o infraestructuras en una región que se jacta de ser la cuna donde nació IKEA. No es de extrañar, la madera y toda la industria asociada son el motor económico de Småland, aunque cuesta percibir esta actividad económica a los ojos de un turista.
En nuestro viaje por Småland no todo fue relajarnos en nuestra idílica casa sueca: nos esperaban varias excursiones a la antigua ciudad de Kalmar, recorrer la isla de Öland y acercarnos hacia el interior de esta región del sur de Suecia, visitando ciudades como Växjö, Eksjö, Jönköping o Gränna. Os contaremos nuestros descubrimientos en siguientes entradas.
sidebar:ciudad:kalmar
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Felicidades por descubrir Smalands.
Yo estuve viviendo en Växjö así que me resulta curioso que la visitáseis, he estado leyendo el artículo y pensando a la vez «hablará de Växjö?» y al final, ahí está ^^
Saludos!
Vi ses!
me ha encantado el articulo, de verdad que paz se respira al ver las fotos y al leer el post.
parece que la vida se complica un poco cuando viajas de vacaciones con niños, y este post nos indica que puede ser todo lo contrario
muchas gracias por compartirlo con nosotros
un saludo
Morriña…
Jag längtar efter svensk sommar…
Echo de menos el verano sueco… aunque afortunadamente en esta tierra verde y generosa (Ortegal – Galicia ) puedo evocar muchos de ellos…
Mayo, tiempo de sauco, de «flädder»…, hacemos jarabe de sauco, mermeladas, tartas…
Och här (i Ultreia: http://www.ultreiarural.com) kan man ocksa fika!! (en Ultreia:www.ultreiarural.com también se puede «fika» o desayunar con deliciosos pasteles y bollitos caseros y naturales!!
Bienvenidos!! Välkomna!!
Gracias por tu post!!
Hola Manuel, estoy alucinada con tu articulo. Tengo dos hijos pequeños, y estamos pensando en viajar el proximo verano a Suecia o Noruega. Viendo esa fantastica casa, empiezo a decantarme por Suecia… podrias darme su pagina web para preguntar precios y disponibilidad?.
Gracias
Cristina
Me alegro Cristina, la verdad es que pasamos unos días geniales en esta casa de Suecia, y es ya un recuerdo imborrable. Te paso los datos por e-mail.
Saludos!!
Hola, buenos días!
Estoy buscando las vacaciones para este verano, y he ido a dar con tu post de Suecia y me ha hecho casi decidirme por ese destino. Somos una familia ya de 4 y cada vez me cuesta encontrar un destino que nos encaje a todos!
Me podrías facilitar los datos de la casa?
Muchas gracias!
Silvia
¡Hola Silvia! Disculpa la tardanza, ahora mismo te envío los datos por e-mail. De todas formas, diría que esa casa en concreto ya no se alquila, pero hay casas similares en la zona que seguro que sí…
Un saludo,
Manuel
Buenos dias! Me ha gustado mucho tu tipo de vacaciones en la casa de una familia. Me podrias mandar la web donde lo.mirasteis o el enlace de la casa?gracias
Hola Andrea, la casa la reservamos en Airbnb, pero la última vez que comprobé, hace tres años, ya no estaba disponible. De todos modos, hay muchísimas casitas de una planta tranquilas y amplias en el sur de Suecia. Saludos.