La Segunda Guerra Mundial golpeó fuertemente a Rotterdam cambiando su historia de forma dramática. El centro fue destruido completamente y tras la guerra sus autoridades decidieron hacer una ciudad nueva, es por esto que Rotterdam es un paradigma de la arquitectura moderna. Dentro de esa cultura encontramos edificios tan singulares como las Casas Cúbicas.

Este diseño tan vanguardista fue ideado por el arquitecto Piet Blom en 1973-74 y fue puesto en práctica en Helmond con la construcción de tres casas “de prueba” en 1975. Como la idea tuvo buena acogida volvió a la carga con 18 casas más en la misma localidad en 1977.


Las Casas Cúbicas de Rotterdam o Kubuswoningen (en holandés) fueron diseñadas en 1978. Su construcción se demoró hasta 1982 por problemas financieros pero una vez en pie rápidamente se convirtieron en una de las imágenes más famosas de la ciudad (al menos hasta la llegada del Puente de Erasmo). El plan en su conjunto proyectaba la construcción de 74 casas en total aunque finalmente se acabaron haciendo 38. Curiosamente todas las casas se vendieron antes de que estuvieran construidas, cosa que ocurrió en 1984.

El concepto en el que se basan fue llamado “vivir en un tejado urbano” y pretendía aunar densidad de población con mucho espacio libre a nivel del suelo. Ello requería un diseño que levantara las casas sobre columnas creando una especie de bosque urbano.

Así el conjunto está formado por unas columnas hexagonales que sostienen unos cubos gigantes girados 45º en cuyo interior se encuentra el espacio habitable. Las casas constan de tres plantas. La primera altura es la entrada, en el siguiente piso se encuentran la cocina y la sala de estar, en la segunda planta hay dos habitaciones y un cuarto de baño y la planta superior es una especie de buhardilla multiusos.


La superficie total de la casa es de 100 metros cuadrados pero dada su extraña configuración un 25% del espacio está desaprovechado debido a la caída del techo.

Dada la fama mundial de las Casas Cúbicas los residentes empezaron a notar la presión del turismo y sus inconvenientes hasta que uno de ellos tuvo la brillante idea de hacer negocio con su casa abriéndola al público. Esta casa-museo está amueblada como si estuviera ocupada y da una buena idea de los quebraderos de cabeza que debieron de tener sus dueños para amueblar tantas esquinas imposibles.

Dónde:
Calle Overblaak, 70
Cuándo:
Todos los días de 11:00 h. a 17:00 h.
Página oficial:
sidebar:ciudad:rotterdam
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Estéticamente son muy espectaculares, pero es cierto que, no creo que sean muy funcionales. cuando visité la casa museo no hacía más que pensar en lo incomoda que debía de ser.
Gracias por el comentario.
Yo fuí con mi hermano y pensábamos lo mismo. La cocina es diminuta y el resto de estancias llenas de esquinas imposibles aunque un buen vendedor inmobiliario nos diría que tiene muchos huecos aprovechables 😀