Hoy recurro a la memoria para rescatar los recuerdos de un viaje a Alsacia que hicimos en familia durante las pasadas navidades. Poco queda para que se cumpla un año desde que estuvimos visitando algunos de los pueblos más bucólicos y encantadores del norte de Francia, especialmente adornados para regalar al visitante de preciosas y y emocionantes estampas de uno de los escenarios navideños más logrados que se puedan experimentar hoy en día.



Y a medida que se aproxima nuestra particular efemérides, no puedo evitar acordarme con más intensidad de la nieve, las casas de entramado de madera, el vin chaud (vino caliente) que nos calentaba las tripas a temperaturas de -5ºC, las calles elegantes de Estrasburgo, su altiva y sobrecojedora catedral. También me acuerdo de las boulangeries omnipresentes, de las torres medievales y los mercadillos navideños de Colmar, Riquewhir, Eguisheim, Truckheim, Kaysersberg o Ribeauville. Pero sobre todo, sobre todo me acuerdo de las calles repletas de luces y adornos de Navidad que iluminaban e impregnaban de magia el atardecer en cualquiera de estos pueblecitos y ciudades franceses.



Pasear cuando cae el sol por las callejuelas de los pueblos alsacianos, con calma, disfrutando de la iluminación de sus calles y los adornos navideños más bonitos, acompañados de otros muchos transeúntes en un ambiente alegre y relajado, no tiene precio. Entrar en la tienda de adornos navideños más grande y preciosa que he visto en mi vida –está en Riquewhir, lástima no poderosla mostrar porque se prohibe hacer fotos–, y pasar media hora observando miles de objetos navideños delicados y preciosos –algunos bastante caros–, tampoco.
En Ribeauville disfrutamos además de un increíble ambiente, causado por la celebración de unas curiosas fiestas medievales en la calle (el 14 de Diciembre de 2010), donde se ofrecía desde degustación de comida y bebida –asaban directamente cochinillos en la calle, los muy brutotes– hasta juegos medievales interactivos y teatro al aire libre.

En Colmar, una preciosa ciudad epicentro de nuestras excursiones, hicimos algunas de las mejores fotos navideñas, puesto que su casco antiguo es muy bonito y está adornado con exquisitez. Su mercado navideño también es muy recomendable, y no tiene nada que envidiar a los mercados navideños alemanes vecinos.


Eguisheim es quizá el pueblecito más bonito y entrañable de todos, tanto por sus adornos preciosistas como sobre todo por la curiosa estructura circular de la mayoría de sus calles. Rivaliza en belleza con Riquewhir, y eso es mucho decir.
Pero será en otros artículos donde os vayamos desgranando poco a poco la magia de visitar los pueblos alsacianos en época navideña. De momento, creo que os habéis hecho una idea bastante aproximada de las estampas navideñas que os vais a encontrar en Alsacia si visitáis sus pueblos por estas fechas. ¿Quién puede resistirse a pasar unas Navidades en Alsacia?


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Alucino con las fotos.
Las fotos fantásticas!!
Preciosas las imágenes. Eso sí, da un poco de miedo tanta decoración navideña. Es entre entrañable y algo obsesivo. ¡Parece Laponia!
Genial post y fotos… no recordaba lo mucho que echaba de menos las Navidades de verdad, con su nieve, sus mercados, sus adornos hasta que he vuelto a tenerla, y tu post me ha recordado perfectamente el porqué 😉
Muy xulas las fotos, muy del estilo de los mercados de Alemania, Bélgica, Holanda, sin duda un sitio para tenerlo en cuenta si se buca algo tranquilo en Navidades. Gracias por el post!
Bellísimos pueblos! Muy bueno e ilustrativo tu post…..