En esta ocasión vamos a rescatar una historia escondida en los bosques de la ciudad holandesa de Amersfoort (a 50 km. al sureste de Ámsterdam). Se trata del Campo de Concentración de Amersfoort (P.D.A. «Polizeiliches Durchgangslager Amersfoort»).


He de reconocer que el turismo de sol y playa no me va nada. Raro es el día en que me veáis sobre una toalla tostándome al sol. No tengo nada en contra de ponerme moreno pero eso de estar tumbado sin hacer nada me da una tremenda sensación de pérdida de tiempo. Lo que de verdad me relaja es hacer aquellas cosas con las que disfruto. Una de ellas es “viajar en el tiempo”, visitar lugares y conocer las historias que alguna vez ocurrieron allí donde ocurrieron. Y así, buscando qué hacer durante el caluroso sábado que se avecinaba, terminamos en Amersfoort y no en las playas de Scheveningen o Bergen.

El Campo de Concentración de Amersfoort fue uno de los tres que los Nazis construyeron en Holanda durante el período de la ocupación junto a Herzogenbusch y Westerbork. Por aquí pasaron 35.000 prisioneros durante los 4 años que estuvo activo (1941- 1945).

Inicialmente el campo de Amersfoort era un complejo para maniobras militares. A partir de 1941 sus barracones comenzaron a poblarse de reclusos cuya función principal era la de “campo de tránsito” para prisioneros que eran transferidos a otros campos.

En 1943 el campo de Amersfoort amplió su capacidad a costa de empeorar sus “servicios”. En abril de 1945 las tropas alemanas abandonaron el lugar y la dirección pasó a manos de la Cruz Roja hasta su liberación el 7 de mayo por los soldados aliados canadienses que lucharon en Arnhem.

La principal característica del Campo de Amersfoort era la extrema crueldad con la que eran tratados sus prisioneros. A pesar de que la estancia era en muchos casos corta muchos morían por la privación de servicios básicos y por la violencia con la que eran tratados. Curiosamente se decía que “una transferencia de Amersfoort a Westerbork era como ir del infierno al paraíso”.

Lo primero que llama la atención es el moderno centro del visitante desde donde parten las visitas guiadas. Al otro lado encontramos un puesto de guardia original de la época. Un poco más adelante, pasando el parking encontramos los pilares de una de las torres de vigilancia. La que hemos visto en la entrada es una réplica.

Cruzamos la carretera para vivir el momento más espeluznante. Justo en el borde nace un camino flanqueado por dos “paredes de tierra” que ocultan la avenida de los fusilamientos.

A medio camino unos carteles recuerdan la experiencia a través de la mirada de los supervivientes y, al fondo, encontramos una estatua en memoria de las víctimas.


A continuación subimos una escalera que nos lleva a lo alto del “muro”. Un jardincillo bien cuidado nos indica el lugar donde estaba el cementerio.

Seguimos caminando por lo alto y observamos una serie de caminos excavados que nos llevan a la avenida. Eran los puestos desde donde los guardias vigilaban la macabra procesión.
En un momento dado nos topamos con las ruinas de una casa que según los carteles era la morgue. No queda mucho pero los visitantes aún tienen recuerdos para los que perecieron allí.


Un poco más abajo volvemos a la carretera.
Y así es como una visita corta de fin de semana se convirtió en una lección de historia totalmente inesperada. Hoy en día, oculto en un bosque, poco queda del Campo de Concentración de Amersfoort, sin embargo, el lugar aún pone los pelos de punta.
Más información
Nationaal Monument Kamp Amersfoort (en holandés) (preguntad por visitas guiadas en inglés o informaros bien antes de la misma porque toda la información durante el paseo esta sólo en holandés)
Wikipedia: Campo de concentración de Amersfoort
sidebar:ciudad:amsterdam
Menudo post Txemi! Me has dejado sin palabras… Como tu, yo no soy mucho de tumbarme en la playa y lo que realmente me gusta es descubrir historias, lugares, rincones…
Tomo nota de tu recomendación y cuando viaje a Holanda intentaré pasarme sin falta por este lugar 😉
Bastante tenebroso… recordar para no olvidar y que nunca se repita!!!
Acabo de llegar a Amsterdam. Mañana ire con mi hija al campo de concentracion. A mi no me hace mucha gracia ya que soy muy aprensiva en estos temas. Pero a mi hija le encanta
Hoy tenéis buen tiempo para pasear. Para que la cosa no es quede demasiado macabra no os olvidéis de visitar Amersfoort. Os gustará.
Hola! Excelente post. Voy a viajar en Diciembre a Amsterdam pero únicamente tendré un fin de semana, no quisiera perderme esta experiencia y quisiera que me ayudes con la información que dispongas sobre como llegar al campo. Gracias!