Ari Sigvaldason, el fotógrafo de Reikiavik

Ari Sigvaldason, el fotógrafo de Reikiavik

En pleno corazón de Reikiavik, en el lado derecho de la calle que muere en Hallgrímskirkja, existe una pequeña tienda de fotografía artística regentada por Ari Sigvaldason, quien hace unos años dejó el mundo de la prensa para montar su negocio y comercializar su manera personal de entender la fotografía: Ari es uno de los pocos fotógrafos islandeses más interesados en las personas que en los paisajes espectaculares y dramáticos de su tierra, y lleva dos décadas documentando la vida en Reikiavik a través de una mirada honesta, empática y cargada de humor. Recientemente hablamos con él en su tienda de Skólavörðurstígur, y nos despedimos no sin antes irnos con su libro Shot in Reykjavik bajo el brazo. Toda una declaración de amor por Reikiavik.

Llevas más de diez años en el negocio, estableciendo Fotografí (Skólavörðustígur, 101) como la única tienda de fotografía artística de Reikiavik, y mencionabas en una entrevista que comenzaste vendiendo copias de tus fotos fine-art en 2007 básicamente a tus compatriotas, cuando la burbuja financiera islandesa se encontraba en su máximo apogeo… Pero al año siguiente todo cambió y decidiste orientar tu negocio hacia fotos más accesibles y a precios populares; Fotografí sobrevivió a la crisis gracias a ello y en la actualidad, los turistas somos el 80% de tus clientes: ¿crees que Islandia ha seguido un camino parecido durante estos años, y que ha vuelto a encontrar su Santo Grial económico en la industria del turismo?
Quizá fue simple coincidencia, ya que por esa época decidí bajar precios para vender más y distribuir mis fotografías a más gente, en vez de vender alguna de vez en cuando a precios elevados. Así que llegué a la conclusión de que alrededor de 30€ por fotografía era un buen precio, incluso más justo, y me gusta más de esta manera. Las fotografías que encuentras en mi tienda son mías a excepción de unas pocas provenientes de dos o tres amigos fotógrafos, y como puedes ver, no hay mucho paisaje ni auroras boreales en ellas, pues me interesa mucho más Reikiavik.

Islandia es un caramelo tanto para los turistas como para los fotógrafos profesionales: todo el mundo viene aquí a tomar fotos de la naturaleza espectacular y extremadamente variada que muestra esta isla, luego las procesan añadiendo drama mediante saturación y contraste para gustar más y más rápidamente, y esas fotos van directas a los medios y a las redes sociales para triunfar; muchos fotógrafos y empresas islandeses parecen haber subido a este mismo tren que intenta explotar los aspectos más indómitos y atractivos –y estereotipados– de Islandia, como se puede apreciar echando un ojo a las estanterías de cualquier librería de por aquí. Todo esto es un poco superficial, en mi opinión… Pero hay unos pocos fotógrafos como Ragnar Axelsson o tú mismo que parecéis querer ir más allá de la imagen típica de Islandia. Tú estás más interesado en la gente y en los aspectos identitarios de esta ciudad; Ragnar tiene un estilo más documentalista y antropológico. ¿Crees en este sentido que todo el mundo sigue el camino más fácil y superficial con Islandia? ¿Y por qué es importante separarse y diferenciarse de eso?
Sí, históricamente ha habido muy pocos fotógrafos tomando instantáneas de Reikiavik, sorprendentemente. Creo que tiene algo que ver conque la gente aquí es más tímida a la hora de tomar fotos de sus vecinos… Y siempre ha sido así, muy pocos fotógrafos se han interesado a lo largo de la historia por Reikiavik. Y por otra parte, sí que hay legiones de fotógrafos que se interesan por fotografiar las montañas y los géiseres y los glaciares y las enormes cataratas de Islandia, estos elementos están súper explotados a nivel fotografíco y de todos modos no suelen ser sujetos muy difíciles ni van a moverse de su sitio…

He estado tres veces en Reikiavik durante los últimos cuatro años, e incluso como turista he visto muchos cambios desde mi primera visita… ¿Percibes también que Reikiavik está cambiando muy rápidamente, o es diferente a los ojos de un local?
Desde luego… Y es bueno para mí como fotógrafo de calle, porque ahora hay mucha más gente pululando por mi ciudad 😉 Hace veinte años, incluso diez años, apenas había nadie por las calles de Reikiavik, paseabas arriba y abajo y apenas te encontrabas con dos o tres personas; es tan diferente ahora… También viajo y hago fotos en otras ciudades europeas, por ejemplo en Sevilla hace unos meses, o después Oporto, Budapest, Praga, París… Me encanta viajar como a cualquier turista, me levanto temprano y me doy un paseo hasta que mis piernas no dan más de sí… y a veces veo fotos. Pero son fotos de turista como las tuyas, nada que ver con conocer una ciudad bien, como conozco Reikiavik. Aún así, si cada año consigo dos o tres fotos buenas aquí, me puedo dar por satisfecho. Y esa es la droga que me hace volver una y otra vez, e ir a todas partes acompañado de una cámara: porque nunca sabes cuando un momento mágico, fugaz e irrepetible se desplegará ante ti.

¿Crees que esas fotos que tomas fuera también están impregnadas de la empatía y el sentido del humor de las que haces en Reikiavik?
Bueno, son diferentes, porque como decía, apenas estoy tres o cuatro días en esas ciudades, y todo es nuevo para mí… Si permaneciera por el espacio de un año, entonces la cosa quizá sería diferente; lleva tiempo asentarse y traspasar la novedad de los lugares…

¿Cuántos años te llevó publicar tu libro ‘Shot in Reykjavik’?
No muchos, de hecho: comencé a tomar fotos en 1990, cuando trabajaba en el periódico, y luego paré por unos diez o quince años, para empezar de nuevo diez años atrás… Publiqué el libro en 2012, y ahora ya va por la cuarta edición.

¿Y sólo lo vendes en tu tienda, físicamente?
Sí, sí… No ha estado disponible en Internet hasta ahora, creo. Así que ya ves, es un libro súper exclusivo en ese sentido: sólo puedes conseguirlo si vienes aquí y me lo compras en mano… Aún así, siendo un fotolibro auto publicado –tengo que agradecer mucho a un amigo que me ayudó con el diseño y la edición– y sin marketing detrás, creo que hasta ahora ha ido muy bien y sigue vendiendo a buen ritmo…

Shot in Reykjavik

Mientras navego por las páginas de tu libro, tus fotos en blanco y negro parece transpirar un toque universal y muy humano…
Totalmente, mis fotos aspiran a ser retratos de lo que es vivir en Reikiavik, sin trampas ni artifugios… Mira, esta foto es una de mis favoritas: dos ancianas esperan de pie al autobús, distanciadas, cada una en su mundo; a la derecha, tras una de ellas hay una frase en islandés en la pared, que dice ‘¿hay alguien ahí?’ Y ahí están ambas, ya sabes, prácticamente en el fin de sus vidas, y luego están esas dos niñas en la página opuesta que justo comienzan las suyas: afuera y adentro, como la vida misma, los ciclos… Y esta otra por ejemplo no la hubiera podido tomar en Sevilla, porque es de un club nocturno muy exclusivo de Reikiavik al que sólo puedes acceder si conoces gente… Ese de ahí es un famoso músico islandés. Así que ya ves, tienes que llevar la cámara contigo a todas partes. Utilizo varias cámaras de carrete pero nunca de las caras –lo dice mientras mira mi Leica M2, una de esas cámaras que le parecen excesivamente caras–. «Algunas de mis mejores fotos han sido tomadas con cámaras cutres, jajaja.» Ari me muestra su cámara favorita del momento, una Canon Canonet de hace treinta o cuarenta años equipada con un 40mm f/1.7. «Lo mejor de estas cámaras es que caben en cualquier bolsillo…»

Ari Sigvaldason

Parece que el enorme éxito turístico está poniendo un montón de presión en la sociedad islandesa, demandando nuevas infraestructuras que soporten el 30% de incremento de visitantes anual; esto también está sucediendo en Reikiavik, con planes para crear miles de nuevas plazas hoteleras para los próximos años con objeto de mantener un crecimiento sostenido. ¿Cuánto tiempo crees que falta para que la capital de Islandia se transforme en algo totalmente diferente, perdiendo autenticidad en el camino? ¿Os preocupa este tema a los locales?
Bueno, para ser honestos es algo que ya está sucediendo… Pero creo que llegará a un cierto equilibrio en breve por cómo la corona islandesa está subiendo por culpa de los dólares y los euros que no paran de entrar, y nuestra moneda se hace cada vez más fuerte y como consecuencia Islandia es mucho más caro para los turistas que otros destinos.

¡Pero la gente sigue viniendo igualmente!
Es cierto, pero creo que quizá este año veremos cómo deja de subir la corona islandesa, porque estamos llegando a un nivel que no podemos asumir más turistas, y por eso todo es tan caro: ¡Islandia es probablemente el país más caro del mundo! Y eso creemos que desincentivará al turismo de masas… Aunque el problema realmente es que todo el turismo se concentra en muy pocas áreas del sur del país; la semana pasada me encontraba en el este de Islandia y ¡apenas encontré a nadie durante todos aquellos días! Nadie, ni turistas ni islandeses… Así que me encontraba solo, y en los fiordos del oeste, en el noroeste de la isla apenas hay gente; necesitamos transportar a los turistas a otras zonas de Islandia –Ari se refiere a un nuevo aeropuerto que se está planeando construir en el este del país, o incluso expandir dramáticamente el situado en la segunda ciudad de Islandia, Akureyri, al norte–. Lo que no me gusta –no nos gusta– es estar rodeados de mucha gente: los islandeses necesitamos espacio.

Ayer, en una de las piscinas calientes de Sundhöll escuchaba a un islandés de unos sesenta años quejarse amargamente de los cambios en Reikiavik: decía querer irse a vivir al este. ¿Crees que muchos islandeses –la gran mayoría viven en Reikiavik y alrededores– están estresados por tener tantos turistas alrededor?
No lo creo, los islandeses estamos contentos de ello, es muy bueno para nuestra economía y creo que somos por lo general gente muy hospitalaria, que nos encanta conocer otras culturas porque nos enriquece, así que creo que los islandeses estamos claramente a favor del turismo.

Gracias por tu tiempo Ari, y para cuando todo cambie por aquí al menos nos quedarán tus fotos de Reikiavik…

#islas#fotografia#islandia

Publicado por Manuel Aguilar

"Viajar es uno de los mejores caminos para encontrarse a uno mismo."
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