Fotografía estenopeica, primeras fotos con la NOPO pan 135

Fotografía estenopeica, primeras fotos con la NOPO pan 135

En la pasada edición del festival de fotografía analógica Revela-t conversamos con Toño Cañadas, artífice de la línea de cámaras estenopeicas NOPO que elabora de manera 100% artesanal en su taller de Madrid, y no pudimos resistirnos a hacernos en esta ocasión con su modelo más popular: una NOPO pan 135. Se trata de una cámara muy diferente a lo que estamos acostumbrados, que podemos llevar en nuestros viajes para conseguir fotos realmente únicas. En espera de publicar la entrevista que le hicimos a Toño in situ, hemos tirado, revelado y escaneado el primer carrete con esta panorámica pinholera, y os contamos nuestras primeras impresiones.

Bajar del carro de los últimos avances tecnológicos en cámaras fotográficas, dominados hoy día por las industrias de la electrónica y del software es un paso previo y necesario para dar el salto a la fotografía estenopeica; y es un cambio de chip brusco, que va de la mano con abandonar la inmediatez y el control del resultado final de nuestras fotos –ya que nunca sabemos a ciencia cierta qué va a acabar entrando en el encuadre, ni la estética resultante provocada por las largas exposiciones–, junto con decir adiós a la idea de que una foto es mejor cuanto más nítida y colorida es, cuanto más pixeles tiene o cuando está muy conseguida técnicamente; nada de esto tiene importancia alguna para identificar una buena fotografía, que como buen arte que es su objetivo radica en comunicar ideas y valores a través en este caso de un lenguaje visual, mientras que la técnica y la estética son meras herramientas para conseguirlo. Y aunque nuestras pretensiones fotográficas no sean artísticas ni grandilocuentes, el volver a experimentar con las técnicas más primigenias como la cámara oscura y la fotografía estenopeica (pinhole en inglés) nos hará mejores fotógrafos y nos proporcionará unas imágenes que nos transmitirán otras cosas. Porque fotografía estenopeica es observar y dejarse llevar por la imaginación y, cuidado, avisamos que este tipo de fotografía engancha.

Primeras fotos con la NOPO pan 135

Nuestra primera cámara estenopeica

Así, una vez que perdemos el miedo y damos el salto a la fotografía estenopeica, las posibilidades creativas, la experimentación y la diversión no tienen límites; podemos fabricarnos una cámara pinhole con una simple caja de cerillas o practicando un diminuto orificio a una lata de bebida, incluso podemos hacer ese agujero a la tapa del cuerpo de nuestra cámara digital; en el primer caso, diseñaremos nuestra cámara para que acepte papel fotográfico o carretes, que colocaremos planos o curvos según el efecto que queramos conseguir, y a un plano (distancia) determinado del estenopo (agujero diminuto que hace las veces de objetivo) que, junto con el tamaño de éste, determinarán la distancia focal de nuestras fotos; nos sorprendería saber la cantidad de gente que toma esta vía para conseguir una creatividad total en sus fotografías, pero quizá no es lo más adecuado para empezar: recomendamos adquirir un modelo de cámara estenopeica ya diseñado y trabajado por manos expertas para proporcionar gran facilidad de uso, como es el caso de la línea de estenopeicas NOPO que fabrica Toño a mano en su pequeño taller de Madrid.

Toño Cañadas con su línea de cámaras NOPO en el Revela-t

Primer carrete y primeras impresiones de la NOPO pan 135

Hay que decir que no somos nuevos con la fotografía estenopeica ni mucho menos con la analógica, así que partimos de una cierta familiaridad con la familia de cámaras a las que pertenece la NOPO pan 135: cámaras estenopeicas realizadas en madera y de manera completamente artesanal al igual que las Ondu eslovenas, las Noon polacas o las Zero Image de Hong Kong, por nombrar algunas de las más conocidas en el mundillo.

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Las españolas no desmerecen a ninguna de ellas sino todo lo contrario, vienen a aportar algunas ventajas y mejoras de usabilidad marca de la casa como son el sistema de obturación, que abre/cierra el estenopo mediante el giro de un anillo y en donde además (otra característica única de las NOPO) se puede enroscar un filtro convencional de 52mm, como por ejemplo uno de tipo densidad neutra si queremos prolongar a horas y hasta días el tiempo de exposición de una foto, o filtros amarillos, naranjas, rojos, verdes, etc. para fotografiar en blanco y negro; la apertura y cierre de la cámara se realiza de forma muy limpia e ingeniosa gracias a un sencillo sistema de cierre por imanes que evita partes metálicas en su exterior y proporciona garantías de estanqueidad a la luz. Además, tenemos unas marcas que prolongan el teórico campo de visión del estenopo para ayudarnos a componer.

Puerto de L'Ametlla de Mar

La calidad de las maderas y los acabados son de primera, e introducir el carrete en la NOPO es una operación sencilla y muy bien explicada en el pequeño manual que viene con la cámara, junto a una muy útil rueda de equivalencias de tiempos de exposición con cámaras más convencionales, y una pequeña bolsa de tela donde guardar la cámara que lamentablemente ya no es negra como en la NOPO120 que compramos hace un año, y que aquí nos sigue viniendo de lujo para descubrir/tapar el estenopo en exposiciones cortas (menos de 15 segundos) evitando trepidaciones. El tamaño del estenopo en la NOPO pan 135 equivale a f/128 en su centro y a f/180 en los extremos de la foto panorámica, así que si acertamos la exposición en el centro tendremos los bordes de la foto ligeramente subexpuestos; nosotros, para simplificar contamos con que equivale a f/140 en nuestros cálculos de medición de la luz.

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La NOPO pan 135 nos promete unas fotos en formato panorámico nativo muy diferentes a las de nuestra cámara digital, equivalentes a un doble full frame de ésta y con un objetivo gran angular, y de hecho tendrá sentido llevarla de viaje al lado de la digital y utilizarla para cuando queramos obtener una foto especial y muy diferente. Como con toda estenopeica, se hace imprescindible acompañarla de un trípode, ya que la exposición mínima suele ser de 2 segundos con película de ISO 100. Nosotros recomendamos comprar un pequeño Gorilla pod que nos quepa en cualquier mochila y que va de lujo con cualquiera de las cámaras NOPO al ser éstas muy ligeras, y también aconsejamos la adquisición de un nivel simple que colocar en su pared superior a la hora de montarla en el trípode, para que nuestras fotos no salgan torcidas.

Camping resort Playa Montroig a través de la NOPO pan 135

Algunos aspectos positivos: aparte del peso que apenas se notará en nuestra mochila, el tamaño es muy contenido y la NOPO pan 135 estéticamente es muy bonita, en la línea de las primeras barnack de Leitz pero en madera; no usa pilas, el tacto es muy agradable y la querremos tocar y oler (no es tontería, a tener en cuenta ya que es un objeto que nos hará querer usarlo más y más, y es que ¡nos pasamos la vida tocando objetos fríos y plasticosos!), y se hace evidente que Toño ha puesto muchísima atención en todos los detalles, desde el diseño a la operatividad del conjunto. Y el precio, menos de 200€ es muy interesante para un producto de calidad 100% artesanal.

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Buscando inconvenientes, la NOPO pan 135 necesita de un uso inicial para que la rueda de arrastre de la película no se sienta dura, y nosotros estamos todavía en fase de domarla, no así con nuestra NOPO120 que avanza la película con total suavidad. Y claro, nos tiene que gustar el formato panorámico y la estética estenopeica, con fotos de un look muy característico y que nunca están del todo enfocadas pero sin distorsiones y con una profundidad de campo infinita; por descontado, nos tiene que atraer volver a los carretes y encontrar un tipo que nos guste (nosotros recomendamos cualquier película de ISO 100, aunque la Kodak Ektar se sale).

En nuestro caso, preferimos la estética y el formato cuadrado y en película de 120 de su hermana mayor, la NOPO120 (pero es cuestión enteramente de gustos), pues es un formato que permite unas composiciones más simples y equilibradas, y más controladas con respecto al formato panorámico que es más indomable. De un total de 18 teóricas fotos panorámicas que se pueden obtener de un carrete normal de 36 exposiciones (recordemos que el formato panorámico consume el doble de espacio) con la NOPO pan 135, nosotros solamente obtuvimos unas 8 útiles en nuestro primer carrete: las primeras 4 fotos del carrete las saltamos al arrastrar la película más de la cuenta inadvertidamente (por despiste), y del resto algunas aparecieron superpuestas e inutilizables por algún problema en el arrastre de la película o un mal cálculo por nuestra parte, que sólo podremos averiguar tirando unos cuantos carretes más. Y el sistema de contar 15 clics a la hora de transportar el carrete para determinar el correcto espaciado entre fotos, alternados con 10 clics cada 3 ó 4 fotos –ya que éste va cambiando según el volumen de carrete pasado– puede inducir a errores y necesitará de mucha práctica para ir afinando, aunque es comprensible que se haya optado por esta solución tan básica para no complicar ni encarecer la cámara con mecanismos de precisión.

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Pero al final el resultado es lo que cuenta, y en este caso son esas 8 fotos del primer carrete que nos han encantado y reúnen toda la magia de la fotografía estenopeica. Encontraréis todas las fotos resultantes a lo largo de este artículo salvo alguna que era muy similar a otra, pero ya os adelantamos que la NOPO pan 135 nos ha gustado mucho y desde luego se vendrá con nosotros en futuros viajes.

No hemos sido compensados por NOPO cameras de ningún modo por realizar esta revisión, que se basa en nuestro uso a partir de la compra de una NOPO pan 135 de manera convencional y, porqué no decirlo, en el cariño que le profesamos a esta marca desde que adquirimos nuestro primer modelo.

Publicado por Manuel Aguilar

"Viajar es uno de los mejores caminos para encontrarse a uno mismo."