Un continente entero en dos islas que apenas ocupan la extensión de Italia. En Nueva Zelanda uno puede desayunar frente a una cristalina playa en Abel Tasman, parar a comer junto al glaciar Frank Joseph y tras pasar por inmensos y ondulantes prados sembrados de ovejas comenzar a asomarse a los fiordos que se abren paso en el sur.

Al pensar en paraísos, la mayoría recurrimos a la clásica estampa de playa de aguas turquesas recorriendo con suavidad la blanca arena. En Nueva Zelanda podemos encontrar lugares parecidos, sin palmeras y con las aguas mucho más frías, pero que nos transmiten una sensación de paz con la naturaleza y la necesidad de permanecer allí un poco más.
Además de su variada y omnipresente naturaleza, el país austral gana por goleada en materias como la calidad de vida de sus habitantes, su bonanza económica, la excelente integración realizada con la población autóctona y una libertad que se respira al recorrerla kilómetro a kilómetro.

El país es largo (más de 1.600 km en su eje norte-noreste) y estrecho (con un ancho máximo de 400 km), esta característica, unida a su escasa urbanización fuera de ciudades como Auckland, Chrischurch, o Wellington, nos anima a recorrerlo sobre ruedas, pero siempre y muy recomendable, a nuestro aire.
21 días en Nueva Zelanda

De los 21 días que pasamos en el país Kiwi, 17 los disfrutamos a lomos de ‘Puff, The Magic Dragon, nuestra furgoneta convertible en habitación con vistas, de la que ya os hablamos en otro post sobre el alquiler de furgonetas y carazanas en Nueva Zelanda.
Nuestro viaje comenzó y terminó en Auckland, después de recorrer 4.500 kilómetros que nos llevaron desde los volcanes del Tongariro National Park (más conocido como Mordor), hasta los fiordos de Milford Sound en el extremo sur.

7 paradas imprescindibles:
La burbujeante Rotorua
Sobre aguas a punto de ebullición, gases con olores infernales y piedras al rojo vivo, se asienta Rotorua, uno de los mejores lugares para conocer un poco mejor la cultura maorí, ya que la mayor parte de la población del valle es nativa.

En esta tierra de geisers vivieron los antiguos pobladores de la Isla Norte de Nueva Zeland, sacando lo mejor de esta particularidad geológica del territorio, donde uno tiene la sensación de que todo bulle bajo nuestros pies. Y no es una exageración, tanto el lago Rotorua, alimentado por aguas termales, como el parque de Te Puia son dos interesantes pruebas para asomarse a lo que hay bajo el suelo que pisamos.

Tras ser recibidos a la manera tradicional frente a la Marae, centro de reuniones de la comunidad maorí, el parque se abre ante nosotros mostrándonos las entrañas formadas por geisers, baños de burbujeante barro y piscinas a la temperatura suficiente para cocer un huevo en cuestión de minutos. Todas estas peculiaridades geológicas que podrían considerarse una adversidad, si le sumamos además el pestilente olor a azufre y otros gases, eran en cambio utilizadas por los maorís para ayudarse en tareas cotidianas como la cocina o su higiene.

Con sus tiempos casi cronometrados, el geiser Pohutu, el más famoso de Nueva Zelanda y en la élite de los geisers mundiales, escupe 20 veces al día su chorro de agua y gases hasta una altura de 30 metros. Es imposible verlo sólo una vez, querrás más.
Aunque en el parque de Te Puia se ve todo tipo de actividad geotermal, ésta no termina en sus límites. Sólo en el Valle Termal de Rotorua hay 65 geisers, así que aunque ya lo avisan numerosos carteles informativos, ¡cuidado dónde pisas!
En próximos posts de Ruta por Nueva Zelanda:
- Tongariro National Park, más conocido como Mordor
- Abel Tasman y sus playas de postal
- Glaciares únicos a pie de costa: Franz Josef y Fox
- Rumbo a Milford Sound
- Monte Cook y lagos Pukaki y Tekapo
- Focas y delfines en Kaikoura
sidebar:ciudad:Auckland
También te puede interesar...
- Con la casa a cuestas en Nueva Zelanda
- Ruta por Nueva Zelanda I: Rotorua
- Ruta por Nueva Zelanda II: Tongariro y Abel Tasman
Fabuloso post y fotos! Nueva Zelanda es «mi viaje soñado» y tus posts me van a venir genial! Gracias!
¡Anímate y haz este viaje cuando puedas! Nueva Zelanda está lejos pero volvería muchas más veces, es un país con paisajes impresionantes y una gente que se hace querer. No sé si es por el aislamiento, pero los neozelandeses o kiwis es uno de los pueblos más abiertos y acogedores que me he encontrado.