Todavía quedan muchos espacios naturales vírgenes, puros e inspiradores en el mundo; son esos escenarios que te hacen olvidarlo todo y empequeñecer hasta tamaño molecular por unos minutos. Todos hemos sentido esa sensación alguna vez ante el espectáculo de la naturaleza, pero qué pocas veces nos sucede a lo largo de nuestras vidas. Da igual que estos entornos naturales impactantes se encuentren a miles de kilómetros o al lado de casa, la clave está en descubrirlos con nuestra mirada.

La estación de esquí de Baqueira Beret, pese a ser la más grande en España, probablemente la mejor y una de las más concurridas, es también una de esas maravillosas atalayas a una naturaleza esculpida por fuerzas descomunales y a fuego muy lento, en el transcurso de miles y miles de años.
Sólo hacen falta tres cosas para apreciar esta belleza semi eterna: 1. subir a las pistas de Baqueira, Beret o Bonaigua, 2. descalzarse los esquís o la tabla de snowboard, y 3. contemplar con calma y atención. La primera de ellas no está al alcance de cualquiera, vistos los altos precios y lo elistista que es Baqueira Beret. La segunda y la tercera, tampoco; tantas horas de camino para llegar a la estación, luego un buen pellizco a la cuenta bancaria y todo con el objetivo de aprovechar al máximo para esquiar unos pocos días, hacen que la mayoría de gente acuda a Baqueira Beret sin tiempo ni ganas de pararse a contemplar este idílico entorno natural de alta montaña.




Pero ahí está el Tuc de Beret con sus majestuosos 2.595 metros, despuntando junto a tantos otros picos en pleno macizo de los Pirineos. Ahí están esos valles a más de 1.000 metros de desnivel, también los destellos de algún río serpenteante como el Garona, en su camino a Francia.
Si el día hace bueno has de pararte, descalzarte los esquís y sentarte tranquilamente en la nieve; respira hondo el aire puro, hazlo pausadamente, y disfruta contemplando este gélido paraiso natural. Estás ante uno de los espectáculos visuales más sublimes que ofrece el planeta Tierra, saboréalo, no hay que tener prisa.

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ojala pudiese estar ahí ahora mismo!
¡Y yo! 🙂
¡Y yo! Lo ideal sería poder trabajar ahí una temporadita, para cambiar la energía a través del aire puro y limpio. ¿A que sí? 😉