Aquí terminamos nuestra visita a la capital de Finlandia. Si te perdiste la primera parte pincha aquí.
Justo enfrente se encuentra la sede del Parlamento (Eduskuntatalo). En 1924 se abrió un concurso para su construcción. El proyecto ganador, llamado Oratoribus, hechó a andar dos años más tarde para concluir en 1931. La inauguración oficial fue el 7 de marzo del mismo año. En 1978 el edificio fue reformado para añadir una biblioteca y en 2004 se le añadió un bloque de oficinas. Los fines de semana se organizan visitas guiadas y los martes y viernes se puede asistir a las sesiones parlamentarias como público.
Un poco más al norte tenemos otra curiosidad que no debemos perdernos. Se trata de la Iglesia Temppeliaukio (Temppeliaukion kirkko), una iglesia literalmente excavada en la roca. Se dice que parece un OVNI estrellado y es que mirada desde el cielo tiene forma de huevo frito en el que la yema es un disco de cobre fabricado con 22 km. de hilo enrollado. Construida en 1969 es otra de las grandes atracciones de la ciudad y un excelente lugar para celebrar conciertos gracias a su excelente acústica. Prestad mucha atención cuando estéis buscando la entrada no os vaya a pasar que la confundáis con un garaje como le pasó a un servidor.
En verano el panorama cambia por completo y la ciudad fría y oscura del invierno queda atrás para dar paso a un sol que “pega” desde las seis de la mañana, para que todos nos entendamos, como lo hace en España a mediodía. Las noches son muy cortas hasta el punto de que en el norte del país ni siquiera llega a anochecer en un fenómeno que se conoce como el sol de medianoche.
Esta vez pasamos del taxi y tomamos el tren, algo más económico, para dirigirnos al centro. Nos bajamos y notamos que la parada del tren no es una cualquiera, se trata de la Estación Central de Helsinki (Helsingin päärautatieasema – 1919). Éste es uno de los edificios más característicos de la ciudad y el centro neurálgico del transporte ferroviario finlandés.
Volvemos a Esplanadi para ver qué ha cambiado con respecto a febrero. Bajo un sol de justicia y 28ºC la Plaza del Mercado (Kauppatori) está abarrotada de gente comprando pescado fresco, fruta de temporada o productos de artesanía local. Al fondo el mar ya no está congelado y nos avisan que tengamos cuidado con las gaviotas que atacan a aquellos incautos que no vigilan el helado que se están comiendo.
La parte Este es ahora un parque muy animado con espectáculos callejeros incluidos. El Café-Restaurante Kappeli (1867) que en tiempos reunía a la élite cultural de Helsinki hoy saca sus mesas a la terraza para disfrute de turistas.
Los amantes del deporte pueden acercarse al Estadio Olímpico y subirse a la torre de 72 metros para disfrutar de una vista panorámica de la ciudad. Recordemos que 1952 ardió la llama olímpica en la ciudad. Si sóis aficionados al atletismo el Parque Central (Keskuspuisto) es vuestro sitio, nace en el Estadio Olímpico y se extiende 10 km hacia el norte. Suficiente para un buen rodaje.
Helsinki no es muy grande y con buen tiempo se puede llegar caminando a casi todos los lugares de interés. Sólo hay que tener cuidado con los tranvías que pueden atropellarnos a su paso. Arte, historia, diseño, cultura y hasta un submarino nos esperan.
Por último cabe señalar que Helsinki suele ser parte del típico tour por el Báltico que empieza en San Petesburgo (Rusia), pasa por Finlandia y salta a Tallin (Estonia), Riga (Letonia) o Estocolmo (Suecia) en ferry.
En resumen, una ciudad muy recomendable para aquellos que quieran conocer una cultura diferente y les guste trasnochar, especialmente en verano.
Muy buen articulo. Te felicito y me ha sido muy útil para un próximo viaje que realzare a Finlandia.-
Muchas gracias! Súper interesante!