Parques y jardines escondidos en Barcelona

Hasta junio de 2010, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona es la organización de exposiciones, excursiones y seminarios para conmemorar el legado de urbanismo de Ildefons Cerdà, el diseñador del Eixample de Barcelona.

Ildefons Cerdà fue un arquitecto, economista y político del siglo XIX, un pionero en el urbanismo de las nuevas ciudades del siglo XIX, su mayor trabajo fue el diseño del Pla Cerdà, que se ha convertido en el ADN de la Barcelona moderna, pero en su momento, sus detractores lo condenó como vulgar y monótona, y muchos de sus preceptos igualitarios fueron ignoradas. A mediados del siglo XIX, a Ildefons Cerdà le fue encargado el diseño de la ciudad de Barcelona fuera de la ciudad enmurallada.

El innovador urbanista rechazó diseños de grandes ciudades como el diseño radial de Haussmann de París o el diseño concéntrico del Ringstrasse de Viena, porque argumentaba que fomentaba la congestión. Su objetivo era homogeneizar el tejido urbano y mejorar las condiciones de los habitantes de Barcelona intramuros y mejorar las conexiones ferroviaria y marítima. El Ayuntamiento de Barcelona suspendió el proyecto de Ildefons Cerdà, pero un real decreto en 1858 obligó a Barcelona a construír una variación del diseño del Eixample.

«La visión de Cerdà era tan vanguardista, tan moderno que pocas personas en el momento de reconocer su genio», dijo Lluís Permanyer, un periodista catalán que ha escrito libros sobre el Eixample. «Es sólo que hoy en día nos estamos dando cuenta de lo importante que era».

Andando por Barcelona cerca del Paseo de Gràcia, el caminante no será ajeno a la elegancia y encanto del Eixample, el imponente barrio diseñado en el siglo XIX y que es el corazón geográfico y arquitectónico de la ciudad. Magníficos edificios modernistas o avenidas/bulevares arbolados son algunas de las señas de lo que fue este novedoso barrio. Sin embargo, lo que oculta a la vista el Eixample, se encuentra detrás de las grandes fachadas del Eixample, como los jardines públicos y los patios privados, que ofrecen un refugio urbano y una visión íntima de la vida cotidiana de Barcelona.

Muchos de estos espacios verdes se han labrado en los últimos años de los patios que forman el centro de cada bloque de la ciudad, y a los cuáles se acceden por pasillos estrechos, a través de un edificio. Estos jardines o patios, son el lugar ideal para hacer una pausa entre las vistas del Eixample, que se extiende desde la ciudad vieja a barrios como Gràcia.

A la búsqueda de patios y jardines del Eixample de Barcelona:

Al pasear cerca del Quadrat d’Or, la parte central del Eixample, conocida por sus joyas modernistas, a un paso, se encuentra el jardín de Gràcia del Palau Robert, una casa-mansión del siglo XIX que alberga la oficina de turismo catalán y un centro de exposiciones. Lleno de majestuosas palmeras, cipreses y naranjos, los jardines son parte de la finca de Robert Robert i Surís. Se puede llegar al jardín a través de la puerta del palacio, en el Paseo de Gracia, 107, o a través de dos puertas en la esquina de Diagonal.

Muy cerca del Quadrat d’Or y si se quiere visitar una curiosa tienda con interesantes y sorprendentes utensilios de cocina de diseño o para el hogar, toma unos minutos de su búsqueda en la popular tienda Vinçon (Paseo de Gracia, 96), donde el visitante puede sentarse en el tranquilo patio de detrás de la tienda probando los modelos de sillas de terraza que se venden y echar un vistazo a los balcones ondulantes de la fachada posterior de la Casa Milà de Antoni Gaudí, uno de los ejemplos más destacados de la Barcelona modernista. Muy cerca, hay el Servicio Estación (calle Aragón con Passeig de Gràcia), que también tiene un pequeño patio desde donde se puede observar los balcones traseros de La Casa Batlló de Antoni Gaudí también.

Otro parque que se abrió a finales de 1980 es el Parque de las Aguas (con una torre), donde el visitante se podrá remojar los pies en las aguas poco profundas, de la piscina turquesa al llegar a través de un oscuro pasillo en la calle Roger de Llúria, 56. Este fue uno de los patios primero que regresó a abrirse al público en la ciudad. (Coste de entrada durante el verano € 1,45)

«Los patios son como una ventana a Barcelona», comentó Francesc Muñoz Ramírez, profesor de geografía urbana de la Universidad Autónoma de Barcelona, durante una tarde reciente paseo por el Eixample. «Usted puede ser un voyeur urbano – ver el negocio de la ciudad desde el interior».

Cuando Ildefons Cerdà diseño el Eixample del Plan Cerdà, Barcelona estaba cercada por las murallas medievales con un punto central que era el puerto, la higiene era uno de los factores que afectaban más a la población que vivía dentro de los muros. La parte que estaba más allá de las murallas y que de gran extensión, se convirtió en el Eixample. Emocionado por el potencial de los ferrocarriles, Ildefons Cerdà diseñó calles amplias que podrían manejar los trenes y tranvías. Para ayudar a la visibilidad y, según algunos, para permitir que los tranvías a su vez, cortó la esquina de cada bloque en un ángulo, la creación de las esquinas biseladas agraciado tan característico del Eixample, donde las manzanas son octogonales y las calles paralelas y perpendiculares.

Sin embargo, los espacios verdes que Cerdà definió para el Eixample es una necesidad muy contemporáneo. Como parte de un esfuerzo para hacer más verde Barcelona, la ciudad ha creado 40 jardines y tiene planes para añadir más, así como crear una red de áreas sólo para peatones.

«Estamos volviendo al concepto original de Cerdà», dijo el profesor Muñoz. «La visión que tenemos para la ciudad ahora no es muy diferente de la que había, hace 150 años.»

Fuente de la información:

• Artículo del NY Times

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