Nueva York: Pasado inmigrante en Ellis Island

La Estatua de la Libertad de Nueva York con sus escasos 46 metros de altura tiene acérrimos defensores pero también convencidos detractores que se sienten profundamente decepcionados cuando la ven por primera vez.

En su base, la decepción viene provocada por unas expectativas demasiado elevadas. Y es que después de haber visto la Estatua de la Libertad en innumerables películas, míticas fotografías y reconocerla como un símbolo tan representativo de una nación, lo cierto es que la estatua no impresiona.

Pero es difícil visitar por primera vez Manhatan y no acercarse a la verde estatua, al menos para tener su propia opinión, aunque todos tus amigos te hayan recomendado que no pierdas el tiempo.

Si tienes dudas, quizá una buena excusa para al menos acercarte a la Estatua de la Libertad sea aprovechar la travesía en barco para visitar también Ellis Island, un testimonio vivo de la inmigración que llegó al norte del continente americano entre los años 1892 y 1954.

Se calcula que unos 12 millones de pasajeros pasaron por Ellis Island, convertida en aduana por el presidente Benjamín Harrison en 1890. En la isla, todos los pasajeros de tercera clase que buscaban un futuro mejor lejos de Europa, eran retenidos para pasar la cuarentena, exámenes médicos y la burocracia que les permitiera o no poner el pie en la ‘tierra prometida’.

¿Cómo llegar?

Para la visita, la elección más práctica es el Ferry Circle Line cuesta unos 10 euros para los adultos y 4 euros para los niños. Sale de Battery Park cada media hora, desde las ocho y media de la mañana hasta media tarde. El ferry realiza dos paradas, una en Liberty Island, para visitar la famosa estatua y otra en Ellis Island.

Si no estás muy interesado en subir a la Estatua de la Libertad y teniendo en cuenta que la parte superior está cerrada al público por motivos de seguridad, puedes aprovechar el recorrido para hacer unas buenas fotos de cerca y admirar o criticar la estatua desde una perspectiva más cercana, pero sin desembarcar y seguir tu camino hasta Ellis Island, donde se puede visitar en la actualidad el Museo de la Inmigración.

Los relatos de la vida de los inmigrantes son realmente impactantes y ofrecen un retrato real de cómo miles de europeos con pocos recursos se embarcaron hacinados y en las bodegas de los buques, en las que entraban sanos en muchos casos y llegaban al puerto americano enfermos y famélicos.

En el museo se pueden ver baúles perdidos, fotos, e incluso acceder a una base de datos de inmigración donde buscar parientes entre los inmigrantes.

Foto 1. Autor: David Bright
Foto 2. Autor: Melanzane
Foto 3. Autor: Tanmoy Dassidebar:ciudad:nueva york

Continúa leyendo la serie 'Nueva York'Guardianes en la biblioteca de Nueva YorkRestaurantes de Nueva York en Lower East Side  

#Nueva-York#Estados-Unidos#América#Estatua-de-la-Libertad

Publicado por Silvia

Antes viajaba para ver en los demás la parte diferente; ahora viajo para conocer en qué nos parecemos. Javier Reverte. Viajero y escritor
2 comentarios
  • Estoy conforme en que es una visita imprescindible, pero tiene que ser en un día soleado. Lo que también recomiendo es no hacer las colas para subir a la base, porque no casi diferencia.

    Tampoco visitar la siguiente isla a la que te lleva el ferry, porque aunque es visita gratuitas, NUEVA YORK tiene muchas otras cosas más interesantes que ver que un museo sobre los inmigrante que llegaban a la ciudad en los siglos pasados.

  • A mi si que me pareció interesantísima la visita a la Ellis Island. Es sobrecogedor buscar el apellido de tus antepasados, ver las maletas abandonadas, lo que les hacían para pasar la aduana…Es curioso sobre todo si tenemos en cuenta que pese a que la gente que realizaba los controles apenas llevaban tiempo en el país, ya se sentían con el derecho de elegir quien entraba y quien no.

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