Irlanda del Norte, la bella princesa celta

Irlanda del Norte, la bella princesa celta

Resurgiendo de entre la niebla, tras frondosos bosques e infinitas montañas más allá del horizonte, se erige hermosa la bella y acogedora Eire con sus innumerables encantos que esperan ansiosos a que el visitante, ávido de naturaleza y de aventura, acuda a rescatarla de su legendario pasado de druidas y mitos celtas.

Puede que lo que más sorprenda nada más aterrizar en Irlanda sean sus frondosos bosques verdes, que parecen no tener fin. Además de maravilla natural por excelencia y cuna natal del célebre James Joyce y de grupos musicales como U2, la isla esmeralda es mundialmente famosa por la celebración de San Patricio, sus pubs exportados hasta los rincones más recónditos de todo el planeta y las pintas de la fábrica Guinness, que da nombre al conocido libro de los récords. De entre sus múltiples posibilidades, queremos centrarnos en este post en la Ruta de Causeway, un hermoso paseo por Irlanda del Norte clasificado como una de las cinco rutas por carretera más fascinantes del mundo.

Un paisaje de leyenda

La ruta de Causeway, desde Belfast Lough hasta Lough Foyle, está considerada como una de las cinco mejores excursiones por carretera del mundo. Belleza salvaje y espectaculares panorámicas deslumbran al viajero a medida que va recorriendo las millas de esta espectacular carretera rodeada de verde y de frondosidad a lo largo del todo el camino.

Coastal Road de Irlanda del Norte
Coastal Road de Irlanda del Norte

De visita obligada en esta ruta es la Calzada de los Gigantes, maravilla natural de la UNESCO y la atracción más famosa de Irlanda del Norte con cerca de 40.000 columnas de basalto hexagonales, formadas hace 60 millones de años. De aquí surge una de las leyendas de esta mítica tierra de druidas y sagas celtas: la del gigante de Finn McCool, que se dice que construyó estos escalones naturales para llegar hasta su rival escocés Benandonner en la isla de Staffa en Escocia y así conseguir vencerlo. Su descubrimiento se atribuye al obispo de Londonderry, que visitó la zona en 1692 y puso en conocimiento de su existencia a los eruditos de Dublín.

Es también esta zona ruta de castillos medievales, para los apasionados de la historia: la fortaleza normanda de Carrickfergus (a orillas del lago Belfast, representa más de 800 años de poder militar); Dunluce, situado en lo alto de un peñasco al borde del mar, inspiración para el famoso castillo de Cair Paravel (escenario ficticio de Las crónicas de Narnia) o el edificio circular de Mussenden Temple, ubicado sobre un acantilado e inspirado en el Templo de Vesta de Tivoli (www.ehsni.gov.uk / www.ntni.org.uk). Y para los más atrevidos, el desafío lo lanza el puente colgante de Carrick-a-Rede, que cuelga de un acantilado sobre una cima de 24 metros de altura.

Puente colgante de Carrick
Puente colgante de Carrick
Puente colgante de Carrick-a-Rede
Puente colgante de Carrick-a-Rede

La huella de San Patricio

Precisamente los pasos del santo más representativo de la bella Eire, San Patricio, se pueden seguir en esta ruta por el norte a través de las montañas de Mourne – las más altas de la isla, situadas junto al lugar de nacimiento del santo – o las catedrales de St Patrick’s y Down, en esta última se encuentra enterrado el monje cristiano. Además, en esta zona se celebran las famosas carreras de caballos de Down, otra de las reconocidas atracciones de la isla; y una de las pocas exposiciones que todavía existen del desaparecido Titanic, que hunde parte de sus memorias aquí, junto a los legendarios mitos irlandeses.

Castillo de Dunluce
Castillo de Dunluce

La ruta de los lagos y los Glens de Antrim

En el condado de Fermanagh se encuentra otra de las rutas más atractivas de este rincón al norte de Irlanda: hermosos lagos rodeados por vetustas mansiones y castillos de cuentos de hadas como Enniskillen Castle, construido a orillas del río Erne. La siguiente parada, Marble Arch en Florencecourt esconde unas cuevas naturales y cascadas que se pueden explorar en barco, para los visitantes más ávidos de aventura y de naturaleza salvaje en plena costa. Y ya para finalizar nuestra ruta, entre Larne y Ballycastle se encuentran las Cañadas de Antrim – más conocidas localmente como los Glens – compuestas de nueve cañadas que conforman un pintoresco y original paisaje cuyas raíces se remontan al periodo del Neolítico.

Glens de Antrim
Glens de Antrim

Simpáticos y divertidos, los irlandeses son mundialmente conocidos por su gran hospitalidad, que acoge cálidamente al visitante – para el irlandés, el extranjero es un amigo al que todavía no ha conocido – para que éste se sienta completamente en casa. Un motivo más para visitar este hermoso país y recrearse en sus antiguas leyendas y raíces celtas, un viaje inolvidable para toda la vida.

Fuentes de información para la elaboración de este artículo

Disfruta de Irlanda
Disfruta de Irlanda

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Publicado por Doris

Muchas cosas no se pueden averiguar pensando, hay que vivirlas (Michael Ende)
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