Dharamsala, acercándonos al techo del mundo

Dharamsala, acercándonos al techo del mundo

Revisando antiguos borradores de artículos, uno siempre se encuentra con sorpresas como este post atemporal de nuestra antigua editora Doris Casares fruto de un viaje por India y Nepal.

Dharamsala es un pueblecito de 20.000 habitantes que se encuentra a unos 250 kilómetros de Nueva Delhi, a alrededor de cinco horas en coche. La residencia oficial del Dalai Lama en el exilio se halla en McLeod Ganj, a 5 kilómetros ascendiendo por la carretera regional desde Dharamsala, ubicada en medio de los idílicos valles del estado de Himachal Pradesh -según nos cuentan por aquí y comprobamos personalmente, una de las regiones más bellas de India– rodeada por los majestuosos Himalayas con sus nieves perpetuas, que albergan las seis montañas más altas del mundo, entre ellas el mítico Everest.

(C) Kiran Jonnalagadda – https://www.flickr.com/photos/jace/2483397499/

A medida que nos vamos acercando a nuestro destino, el paisaje se va transformando de la verde llanura de los arrozales del Punjab al más verde todavía paisaje de montaña rodeado de pinos en Himachal Pradesh, hasta desvanecerse en la parte mas alta del trayecto entre la misteriosa bruma de McLeod Ganj, otorgándole un halo místico y espiritual al complejo de Tsuglagkhang, que alberga el templo más representativo del budismo en India y se convierte en el punto más meridional de nuestro recorrido.

McLeod es un remanso de paz en medio de toda la vorágine que hemos vivido durante los últimos días. Los monos campan a sus anchas entre la bruma en la residencia del Dalai Lama, al que es posible ver a menudo dando clases en la escuela tibetana, ubicada en el mismo complejo en el que habita. Junto a la Tsuglagkhang se encuentra el templo Kalachakra, construido en 1992 y que alberga los murales del mandala de Kalachakra o Rueda del Tiempo, vinculada a Avalokitesvara, a quien actualmente representa en la tierra el XIV Dalai Lama. El complejo de templos budistas trata de recrear al Noburlinka de Lhasa, la Ciudad Prohibida o último Shangri-la del Tibet, el Techo del Mundo del que sus ciudadanos llevan hoy mas de cincuenta años exiliados.

(C) David – https://www.flickr.com/photos/deemikay/4842243776/

Los tibetanos son gente pulcra y afable. Siempre sonrientes, no dudan en acercarse a los forasteros por las calles de McLeod para ayudarles a orientarse o recomendarles algún buen lugar de cocina tibetana. En su obra «My land and my people», el Dalai Lama describe detalladamente la vida del pueblo tibetano, su gente, sus costumbres, sus orígenes. «Nunca faltó comida en el Tibet -escribe en su relato- pero dado que la religion budista prohibe matar a los animales, la dieta tibetana se basa principalmente en hortalizas, arroz y verduras, aunque esta permitido comer carne si se adquiere en el mercado ya preparada». Los momos (una especie de empanadillas de verduras al vapor), el tingmo (pan tibetano de cereales) y la thukpa (una sopa deliciosa de noodles con verduras) son algunos de sus platos más representativos que todavía hoy se pueden degustar en esta región del norte de India.

#budismo#Tibet

Publicado por Doris

Muchas cosas no se pueden averiguar pensando, hay que vivirlas (Michael Ende)
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