Cómo regatear en Túnez

Cómo regatear en Túnez

Siguiendo la serie de artículos sobre cómo regatear en diferentes mercados del mundo, esta vez os vamos a contar nuestra experiencia en Túnez. De paso, comentaremos algunos consejos útiles en la negociación con los vendedores tunecinos, y quizá hallemos algunos elementos característicos de los zocos de este destino que no se pueden encontrar en otros lugares.

En nuestro caso, visitamos el zoco de Sidi Bu Said, un turístico pueblo de preciosas casitas blancas y aire púramente mediterráneo, que está a sólo unos kilómetros de Túnez. De hecho, llegamos en visita organizada y procedentes de un crucero de los que surcan el Mediterráneo, con lo que dispusimos de un par de horas para visitar el pueblo con tranquilidad y un buen guía –una delicia de paseo–. Finalmente nuestro guía nos dejó en uno de los primeros puestos del zoco de Sidi Bu Said, y dispusimos de una hora para zambullirnos en las compras.

Sidi Bu Said
Sidi Bu Said @R. Melero

Una experiencia de regateo en Sidi Bu Said

– Lo primero de todo: los vendedores saben en todo momento qué turistas se les presentan. En nuestro caso, sabían que éramos españoles, que veníamos de un crucero y seguramente se hacían una idea del nivel adquisitivo según el buque y la compañía en que veníamos. Independientemente de ésto, cualquier buen vendedor que se precie domina unas cuantas lenguas, y con sólo mirarnos unos segundos y lanzar dos preguntas, ya nos ubicará geográficamente. Hagamos lo que hagamos, seremos estudiados y clasificados por un montón de parámetros en breves segundos. Así pues, no fue sorprendente que nos recibieran diciendo «¡amigo, amigo, más barato que en el Carrefour!«.

– Un comerciante tunecino intentará conducirnos por su tienda (si puede ser guiará a la mujer) y se fijará en aquellas cosas que le llaman la atención. Le dirá que toque sin miedo lo que le interese, que se pare cuantas veces quiera a mirar y remirar, y que pregunte abiertamente; que escoja lo que más le guste, todo es económico, ya habrá tiempo de negociar después. Es importante no mostrarnos tímidos o apocados durante este ‘reconocimiento’, si no el vendedor se hará unas expectativas de la venta –nos pedirá bastante más, vamos– que puede que no sean en absoluto fundadas y lleven a un rápido desencuentro.

– En este punto y a pesar de la amable invitación a recorrer sin compromiso la tienda, es necesario aconsejar que si no estamos seguros de que vamos a comprar algo, no demos el paseo por la tienda. Los tunecinos no entenderán que no nos interese nada, e insistirán mucho en que compremos. Nada preocupante por supuesto, pero no es raro que salgan de la tienda y sigan por unos metros al ex-comprador, a ver si lo convencen a última hora. Ni que decir tiene que para algunos turistas ésto puede resultar algo violento. Por lo tanto, no entremos en el juego si no tenemos intención de comprar. No nos dé miedo salir sin la compra si los precios no nos atraen, pero no paseemos por pasear, puede ser agotador y frustrante para todos.

Vendedor en el zoco de Sidi Bu Said
Vendedores en el zoco de Sidi Bu Said @bklanting

– En nuestro caso, un vendedor se dispuso a guiar a mi pareja por su tienda y se me volvió sonriente diciendo que ya negociaríamos después los hombres; sin problema, yo pensé para mis adentros: «sí, sí, ya negociaremos…«. Ella acabó fijándose en una cachimba, unos pendientes y varias pulseras. El vendedor la encontró muy tímida, así que estoy seguro de que empezó a planear un gran negocio.

– Momento de negociar. Lo primero de todo, muy importante: debemos hacernos una idea mental del valor de lo que compramos, y lo más importante, de cuánto estamos a dispuestos a pagar por ello. No nos dejemos llevar por esas reglas no escritas que dicen que hay que pagar un porcentaje de lo que piden (a veces la regla dice un 40%, otras un 50%, etc.). Es mucho más sencillo. Hemos de pensar: «yo por esto no pagaría más de XX euros en circunstancias normales«, aunque sea una décima parte de lo que nos pide el vendedor. Da igual que después esta compra tenga un valor especial para nosotros, por ser un souvenir de viaje –el vendedor ya cuenta con ello–. Estamos comprando un producto por el cuál solemos saber el precio que estaríamos dispuestos a pagar en casa, y aquí es seguramente mucho más barato de comercializar. Obviamente, habrá productos de los que no sabremos el precio real, pero, por poner un ejemplo, no pensemos que una alfombra artesanal costará menos de 100 euros ni tampoco más de 1.000…

– En nuestra experiencia concreta en el zoco de Sidi Bu Said, recordemos lo que íbamos a comprar: una cachimba, varias pulseras y un par de pendientes. El vendedor, me dijo sin inmutarse: «150 euros«. Si hubiera seguido la regla de los porcentajes, aunque fuera rebajándola al 30%, habría pagado 50 euros, lo cuál me parecía bastante absurdo. Le dije «20 euros«, aún sabiendo que probablemente no valía la mitad. Fijaros la diferencia, estábamos en las antípodas… Él me dijo «nooo, ¡no! ¡dame para vivir!«. Realmente, si nos paramos a pensar, estos vendedores son de los comerciantes más afortunados: trabajan con márgenes brutales, así que no es que vivan mal precisamente, más bien todo lo contrario. Al final, tras mucho regateo, la venta se cerró por 30 euros, y estoy convencido que todos salimos contentos y ganando –sobre todo el vendedor–. En cualquier caso fue una gran compra por la experiencia, ya el único valor que tiene es sentimental, porque la calidad era francamente malilla. No sucedió lo mismo con otro regateo por el que me llevé unas babuchas beduinas de piel de camello que 5 años después sigo usando en casa la mar de contento. De 35 euros iniciales recuerdo que pagué 11,35 euros, vaya, lo que llevaba en el bolsillo.

Paseando por un zoco tunecino @Jesús Romero
Paseando por un zoco tunecino @Jesús Romero

– No está mal pagar de más, siempre que nos sintamos absolutamente cómodos con el precio. Lo que no creo que sea correcto es pagar una burrada por algo que no lo vale, no es justo para nadie. No tengamos miedo a equivocarnos y obtener un sonoro NO de un vendedor: simplemente, estamos explorando límites, y si no compramos en esa tienda pues será en otra. El regateo es un gran juego de exploración, hay que divertirse y procurar hacer también interesante el tiempo que el vendedor nos dedica. Puede ser que no le compremos, pero que sea porque sinceramente no encontramos un punto de encuentro en el precio, no porque nunca tuvimos intención de comprar y nos queríamos entretener un rato.

Vivir y disfrutar la experiencia del regateo

Un aspecto muy importante a resaltar es el de ir a los zocos con una actitud positiva: que vayamos a disfrutar del regateo y no nos lo tomemos como un fastidio necesario para obtener una compra. Realmente, se trata de una experiencia única y fascinante de reconocimiento e interacción con otras gentes y culturas, de observar pequeños detalles y aprovecharlos en nuestro favor… Y si el comprador va con predisposición y educación, puede ser un juego muy enriquecedor para todas las partes implicadas. Si además conseguimos buenas compras, fantástico, si no, es igual, nos llevaremos un grato recuerdo y seguro que aplicaremos el aprendizaje en la siguiente ocasión.
sidebar:ciudad:tunez

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Publicado por Manuel Aguilar

"Viajar es uno de los mejores caminos para encontrarse a uno mismo."
2 comentarios
  • Me parece bien que instruyas a los posibles compradores. No obstante también has de advertirles que posiblemente estén regateando sobre artículos falsos como me ha ocurrido a mí en una tienda recomendada por mi guía turístico en Sidi bu Said. Compré artículos de joyería que resultó ser falsa en su totalidad. Así pues, me veo en la obligación de recomendar el lugar pero no el trato económico.

  • Tienes razón, José Antonio, hay que mirar con mil ojos lo que se compra porque las falsificaciones están al orden del día. De todas formas, nadie regala nada, y si conseguimos un precio espectacular por un objeto, ya nos podemos imaginar que no es de primera calidad precisamente. El problema es si no regateamos ‘bien’ y acabamos pagando mucho más de lo que el producto y su calidad valen…

    Yo me traje de Sidi bu Said una cachimba que es de bastante peor calidad que la que venden en el estanco de la esquina, nunca se me ocurriría usarla, así que también me llevé mala calidad a cambio de unos pocos euros.

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