En un reciente viaje a Bucarest tuvimos la oportunidad de conocer uno de esos lugares que reúne todo lo mejor. A saber, historia, buena comida y música en directo. Nos referimos al restaurante Caru´cu Bere situado en pleno Casco Viejo de la ciudad.
Caru’ cu Bere es una cervecería que abrió sus puertas en el año 1879. Veinte años más tarde se trasladaron a su actual localización en la Calle Stavropoleos. Hablamos de un establecimiento centenario que es el número uno en las guías de viaje.

Nada más entrar alucinamos con la decoración y dado que el lugar estaba lleno en el momento de nuestra visita, unas amables camareras se acercaron para ofrecernos un número. Así mientras esperábamos nuestro turno tuvimos tiempo para estudiar cada detalle.


Cada objeto tiene su propia historia y su interior no ha cambiado con el tiempo. Paredes pintadas con murales, cristaleras de colores y las columnas arqueadas le dan un carácter antiguo que recuerdan por qué Bucharest es también conocida como la pequeña París.

Uno de los símbolos del lugar es el Viejo barman que trabajó muchos años en Caru`cu Bere subiendo barriles de vino y cerveza del sótano con su inseparable linterna.

La atmósfera es realmente especial e incluye música en directo. El único punto negativo es la larga espera hasta que te sientan. Si sois un grupo numeroso conseguir mesa es realmente difícil aunque continuamente digan eso de los 15 minutos que parece sacado del manual de atención al cliente. En este caso iba sólo y tuve que compartir mesa con dos amables rumanos que me prestaron una gran ayuda para elegir el menú.
En cuanto a la cocina aquí sirven comida tradicional y como es natural dejé las hamburguesas y patatas fritas de lado para saborear la gastronomía rumana. Probarlo todo era imposible porque no me quería quedar a vivir allí, sin embargo, no perdí detalle de los platos que revoloteaban alrededor de nuestra mesa. El primer plato en la cocina rumana siempre es líquido así tenemos la “supă” y la “ciorbă” (sopa y cocido) que se sirven dentro de un bollo gigante de pan al que se le ha vaciado la miga.

Fuente: http://romanian-cuisine.blogspot.com/2011/03/bean-soupciorba-de-fasole.html
El segundo plato suele llevar carne, pescado o queso. En este apartado destacan “sarmale cu mamaliga”, unos rollos de carne enrollados en hojas de verza acompañados de una pasta de maíz, cocidos y estofados varios como «Fasole cu Costita» (alubias con costilla de cerdo) y “Tocanita” (patatas con carne) o “mamaliga cu branza si smantâna” (pasta de maíz con queso y crema).

Fuente: http://tutilimundidos.blogspot.com/2011/06/el-sarmale-de-amalia.html
De postre podemos elegir entre muchas especialidades pero si queréis algo 100% rumano elegid “Papanas” (unas bollos dulces con crema y confitura), es una elección segura.

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Madre mía qué hambre me ha entrado. Tengo pensado pasarme a la zona húngara de Rumanía en breve, a ver si por un casual me encuentro alguno de estos platos 😉
Gracias por vuestros posts, os sigo todos los días….
Qué bueno esta el sarmale! mmmmmmm