Barcelona desde El Avenida Palace

Barcelona desde El Avenida Palace

Recientemente pudimos disfrutar de una de las vistas más privilegiadas de Barcelona, desde una atalaya ubicada entre el Passeig de Gràcia y la Gran Via de les Corts Catalanes, en lo alto del El Avenida Palace Hotel. Con una panorámica que cubre desde La Plaça Espanya a la Torre Agbar, desde Montjüic hasta el Tibidabo y más allá, con las Torres Mapfre y la Sagrada Familia despuntando de uno y otro lado, desde allí se puede divisar también todo el frente marítimo de la ciudad y a medio camino, muy cerca nuestro, se dibuja una alargada arboleda que da sombra a una de las ramblas más famosas del mundo.

Disfrutar de Barcelona así se me antoja igual de especial para unos locales como nosotros que para unos turistas que la visitan por vez primera, pues en ambos casos miramos con ojos nuevos; tantas veces que he recorrido la Gran Vía en coche, la calle con más portales de España, y sin embargo nunca había podido contemplar la ciudad desde allí, desde lo más alto de uno de sus hoteles de más solera. Habíamos sido invitados a hacer noche en una de las nuevas suites de El Avenida Palace, un hotel con más de 65 años de historia ubicado en el corazón de la capital catalana. Este emblemático establecimiento se construyó en un lugar privilegiado, donde estaba situado el mítico salón de té y restaurante Casa Llibre, obra del arquitecto barcelonés Enric Sagnier, sobre cuya estructura se levantó en 1952 el hotel.

Recepción del Avenida Palace

Su carácter elegante y señorial, y el trato cercano lo convirtieron a lo largo de los años en el hotel elegido por muchas celebridades que han visitado la ciudad: Ernest Hemingway, Lizza Minnelli o The Beatles se alojaron en él –estos últimos dan nombre a una suite ambientada en su paso por Barcelona–. Desde sus primeros días el hotel se integró en la estructura arquitectónica de la Gran Vía barcelonesa, aunque ha sido una recientemente remodelación de su lobby la que lo ha abierto definitivamente a la calle, recuperando todos sus ventanales y gran parte de la decoración y estructuras originales, la impresionante escalera de estilo versallesco procedente de París y el ambiente tranquilo e íntimo del Beat Bar, un bar de estilo inglés renombrado también en honor a la legendaria banda de Liverpool. Así, se pretende invitar al público barcelonés a reencontrarse de nuevo con un pedazo de la historia de su ciudad, y a descubrir y disfrutar de los nuevos espacios del hotel.

Fachada del Avenida Palace de Barcelona

El Avenida Palace se encuentra sumido en la actualidad en un ambicioso proyecto de remodelación que persigue ampliar y modernizar sus espacios sin perder el clasicismo ni su carácter histórico, tan atractivos para una clientela mayoritariamente extranjera. Tras haber reformado los baños de sus 151 habitaciones, incorporado dos suites y creado la espectacular terraza panorámica con piscina exterior climatizada y lounge bar entre 2014 y 2016, en 2017 le ha tocado turno a la planta principal, recuperando la atmósfera original de principios del siglo XX. Porque si hace unas pocas décadas fue la gran explosión de las cadenas hoteleras, donde parecía que ningún hotel independiente podría competirles y ni siquiera sobrevivir a su potencia económica y de marketing, hoy en día resulta que estos hoteles singulares que han resistido el embite siguen generando valor y son muy apreciados entre sus clientes por conservar y ofrecer una identidad propia fuertemente ligada a la ciudad que les vio nacer, como sucede con El Avenida Palace de Barcelona.

Nos alojamos en su suite Tibidabo, una enorme y lujosa habitación de 91 m2 con dos terrazas que suman otros 18m2. Desde estas se pueden contemplar los techos de innumerables edificios del Eixample de Barcelona, que tradicionalmente han sido destinados a usos totalmente funcionales con todo tipo de chimeneas y estructuras industriales, incluso parkings de coches, y que poco a poco se van adaptando a una época de enorme potencia turística en una de las ciudades más atractivas de Europa. También se puede divisar fácilmente la Sagrada Familia, una obra eternamente inacabada que curiosamente ha ganado recientemente en una encuesta de popularidad a toda una Torre Eiffel de París.

Subiendo a la última planta del hotel, accedemos a la piscina exterior climatizada: es sencillamente perfecta para dar los buenos días en remojo a una Barcelona casi siempre soleada, o para despedir la tarde desde una amplia zona de hamacas y mesitas anexa, tomando un cóctel y viendo anochecer sobre el todavía imponente Edificio Generali, antes Edificio Banco Vitalicio, de arquitectura inspirada en el Chicago de primeros del siglo XX y uno de los primeros rascacielos de Barcelona y que fue considerado como el edificio más alto hasta mediados de los años 70. El bullicio entre el Passeig de Gràcia y la Gran Via de les Corts Catalanes nos mantendrá igualmente entretenidos, pero su sonido apenas nos llegará muy amortiguado. Además nos anunciaron que el año que viene este espacio se verá ampliado con un restaurante y una zona de spa, y en breve se inaugurará un restaurante a pie de calle con una suculenta carta de tapas de producto fresco local y sofisticados cóctels, aderezados con música en directo.

Bajando a pie de calle y finalmente con ánimo de explorar Barcelona, a pocos metros de El Avenida Palace Hotel encontraremos la célebre Librería Altaïr, todo un templo dedicado a los viajes; allí podemos surtirnos de guías y planos de la ciudad, o de obras que nos desgranen los secretos de la arquitectura Modernista de Antoni Gaudí o Josep Puig i Cadafalch, algunas de cuyas obras más importantes, como la Casa Batlló o la Casa Amatller, se encuentran a escasos minutos a pie de nuestra posición. Y caminando en sentido contrario, en dirección al mar, tenemos la Plaça de Catalunya y más allá la Ciutat Vella con barrios como El Raval, El Gòtic, La Barceloneta, La Ribera… y tantísimas posibilidades que se abrirán ante nosotros para disfrutar de la polifacética Barcelona.

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Publicado por Manuel Aguilar

"Viajar es uno de los mejores caminos para encontrarse a uno mismo."

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