El aturdimiento es el primer sentimiento que embarga al visitante primerizo en Bangkok. La capital tailandesa absorbe hasta el último halo de energía de sus habitantes para poder palpitar a mil revoluciones casi las 24 horas del día. Por eso, el recién llegado tiene que luchar por adaptarse al ritmo y después de conseguir superar el jet lag, nadar contra corriente es la única solución para no dejarse vampirizar por esta fascinante ciudad.
Mil olores y ruidos se mezclan sin discriminación ni reparo en cualquier esquina. No hay horarios para las comidas. Los tailandeses aprovechan cualquier parada para tomar un tentenpié y el mediodía se junta con la cena en los cientos de puestos que pueblan sus aceras. El visitante no tendrá problemas a la hora de reponer fuerzas en cualquier tenderete y la oferta es tan amplia, que elegir se convierte en una tarea ardua, sobre todo al principio.
Puestos callejeros
En las calles de Bangkok se pueden degustar desde frituras de carnes y pescados de todos los sabores y colores ensartados en un palo a modo de pinchos, hasta elaborados platos, estos últimos más difíciles de pedir, ya que muchos de los puestos no tienen carta en inglés y se necesita un conocimiento básico de la gastronomía y la lengua para poder elegir.
Los tentenpiés más populares son el pollo frito, los pinchos de albóndigas especiadas, salchichas recubiertas de una pasta crujiente, hígados y carnes aliñadas que no siempre se consiguen reconocer, pero que servidos en una bolsita de plástico con una salsa dulce sazonada de chili, son siempre una delicia para poder continuar con la visita de la ciudad.
Aunque dedicaremos otro post para hablar de los ingredientes y la carta (menú) tailandés, es importante tener siempre presente que su gastronomía es muy picante; el chile, el cilantro fresco y el ajo están presentes en muchos de los guisos y en las sopas nunca falta el penetrante sabor que produce el zumo de lima y la hierba limonera.
Pero si lo que se quiere es disfrutar realmente de una comida tailandesa, los tenderetes callejeros con mesas son sin duda también una de las mejores opciones por calidad y precio. El único impedimento es llegar a hacerse entender y pedir lo que se quiere, ya que los que están situados en las zonas menos turísticas no cuentan con carta y la única ayuda a la que se puede recurrir es la identificación de todos los ingredientes expuestos y una buena guía con apartado gastronómico para poder decir su nombre en thai.
Esta amplia oferta, que casi siempre es un placer, ya que el viajero no tiene que atarse a horarios, puede convertirse en una orgía de aromas y ruidos que saturan el apetito por exceso a cualquier hora del día. Cuando esto ocurra, es conveniente evitar las calles más concurridas y pobladas de estos restaurantes móviles y adentrarse en los tranquilos soi (callejones) para intentar relajar la pituitaria y darse un respiro libre de olores de cocina.
En las zonas más turísticas no habrá problema a la hora de comunicarse en inglés, pero hay que estar preparado para conseguir comer cuando la carta esté totalmente en grafía tailandesa y no entiendan el inglés. Lo más útil es llevar una guía con transcripción del vocabulario básico necesario para el viaje.
Vocabulario gastronómico esencial: (Para comer en caso de emergencia lingüística)
Mâi phet – No picante
Khâo – Arroz
Kuaytiaw – Fideos de arroz
Kài – Pollo
khàwp khun mâak – Gracias
Información de interés
- Gastronomia Thai (Tourism Thailand – en inglés)
- Ingredientes más comunes (En inglés)
- Recetas de platos tailandeses
- Cocina tailandesa en Wikipedia.
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La mujer de la foto está haciendo pancakes?
Estuve en Tailandia este verano y me hice adicto a los pancakes de plátano y leche condensada, a mi novia le pirraban los de Nutella.
Es una especialidad de los musulmanes del sur de Tailandia nos dijeron y su verdadero nombre no es pancake, pero así es más fácil pedirlo para los turistas.