Aeroscopia, el museo aeronáutico de Toulouse

Aeroscopia, el museo aeronáutico de Toulouse

Tras más de 300.000 años observando el vuelo de las aves con envidia y admiración, mientras generación tras generación de homo sapiens se preguntaban una y otra vez cómo podían hacer también ellos para surcar los cielos, finalmente lo conseguirían, en la época de los hermanos Wright, y sólo sesenta años después ya cruzaban el Atlántico a velocidades supersónicas en el Concorde. ¿Cómo se tardó tan poco tiempo en conseguir semejante e increíble avance? Una visita al Museo Aeroscopia de Toulouse nos abrirá las puertas al extraordinario viaje de la historia de la aviación.

Situado a las afueras de Toulouse, en Blagnac, Aeroscopia se encuentra en el área donde la industria aeronáutica comandada por el gigante europeo Airbus tiene su epicentro y proporciona trabajo a más de 18.000 empleados. No es casualidad, ya que la aviación se inició en Toulouse a finales del siglo XIX, con lo que la ciudad rosa ha vivido de cerca toda su historia y evolución. Así, el museo conserva una de las ochocientas unidades del primer avión comercial que sobrevoló cielo francés, dotado de asientos de mimbre, ruedas de bicicleta y una delicada estructura de alas sujetadas por varias cuerdas de piano.

Pocos años más tarde llegaría la época dorada de la Aéropostale –fundada en Toulouse en 1918– y sus célebres pilotos mensajeros de larga distancia, entre ellos el escritor Antoine de Saint-Exupéry: las hazañas realizadas por estos intrépidos pilotos (los primeros en atravesar los Andes, o establecer ruta aérea entre Toulouse y Casablanca y luego Dakar, y más adelante recorrer los 3000 kilómetros que separan a ésta de Natal, en Brasil) han pasado a la historia con una mezcla de fascinación, romanticismo y aventura, como se puede ver perfectamente en la película Las alas del coraje del director francés Jean-Jacques Annaud. Curiosamente, en Aeroscopia y más allá de un breve cronograma de los hitos en esos años, no se nos presenta ningún aeroplano ni otros objetos de interés de ese período mítico: quizá con el tiempo –el museo sólo tiene tres años de existencia– se logrará vestir un poco más esta parte de la exposición que cubre una de las etapas más fascinantes de la aviación francesa y mundial.

El resto del recorrido lo podemos hacer servidos de unos auriculares en donde se nos explicará en castellano los detalles de las distintas zonas que componen la visita al museo francés de la aviación.

Museo Aeroscopia

Visitando el Concorde

Sí que en cambio podemos admirar y visitar en Aeroscopia otra de las joyas de la corona: se trata de dos unidades del no menos mítico avión supersónico Concorde. Para hacernos una idea del avance en aviación que supuso esta nueva flota de aviones (10 fabricados en Francia, y 10 en Reino Unido) lanzados al mercado en 1976 y que en teoría iban a abrir paso a una nueva época de aviación comercial supersónica, los Concorde alcanzaban una altitud de 18.000 metros por los 11.000 metros de un Airbus A320 de hoy día, con una velocidad de crucero de 2100 km/h por los 900 km/h de un vuelo convencional. El motor del Concorde alcanzaba los 120°C ¡y a veces había que aminorar la marcha para enfriarlo! El motor también se bajaba en las maniobras de despegue y aterrizaje para que los pilotos tuvieran visibilidad frontal, y la aeronave disponía de un panel de pilotaje más parecido a un caza militar que a un avión comercial. Por contra, la contaminación acústica, el gasto operativo y el impacto medioambiental también aumentaban exponencialmente, y harían cada vez más difícil justificar la viabilidad comercial de estos bólidos del espacio, hasta el año 1995 en que el Concorde plegó definitivamente sus alas.

La visita al interior de la nave que se encuentra en Aeroscopia y que en 1969 acogió en vuelo de prueba al entonces ministro y posterior Presidente de la República Valéry Giscard D’Estaing nos transporta a los diseños, materiales y comodidades de la época, en un recorrido que es un mini viaje en el tiempo a los años 70; además, comprobaremos la agresiva aerodinámica y la relativa estrechez del habitáculo del avión comparado a los modelos Airbus actuales, y podremos contemplar los paneles de conducción en toda su complejidad y detalle. Finalmente, la nave que está aparcada en el exterior transportó al Presidente François Mitterrand en sus vuelos oficiales desde 1981 a 1995, en donde disponía de una oficina así como de un espacio para los invitados -un segundo avión estaba dispuesto en todo momento caso de que el primero sufriera alguna avería técnica-. Así, Miterrand utilizaba la potente imagen de modernidad que transmitía el Concorde para mostrar la grandeur de la France por todos los rincones del planeta.

Interior del Concorde expuesto en Aeroscopia

Todo tipo de aviones

El resto del enorme hangar que alberga Aeroscopia está repleto de aviones de todo tipo, antiguos y modernos, grandes y pequeños, así como de áreas destinadas a la formación y otras más lúdicas, como la que presenta un simulador de vuelos en el que niños y mayores pueden entretenerse jugando a ser pilotos de pruebas. También hay una zona con explicaciones del lenguaje de signos que se utiliza en las pistas de despegue, junto con la relación de protocolos de puesta en marcha de un vuelo comercial, así como demás curiosidades del funcionamiento de los aeropuertos comerciales que difícilmente conocemos los pasajeros.

El Beluga es un curioso –y enorme– avión de carga creado por Airbus y destinado a transportar a Toulouse los suplementos y módulos que componen un avión desde las diferentes fábricas de Europa en que son construidos por equipos especialistas, entre ellas las situadas en Sevilla y Getafe. Se dice que en la actualidad son 40 aeronaves las que se entregan cada mes a los clientes de Airbus, y se espera que una unidad del nuevo Airbus A380 también sea expuesta en el museo en breve. Sí que podemos contemplar ya, aparcado en la zona exterior, el gigante Airbus A400 destinado al transporte militar y humanitario.

#museos#Francia#toulouse

Publicado por Manuel Aguilar

"Viajar es uno de los mejores caminos para encontrarse a uno mismo."
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