Semana Santa: Paréntesis en Menorca

La tranquilidad de la isla de Menorca es un espacio perfecto para hacer un paréntesis en Semana Santa y rodearnos de aire con sabor a sal y descubrir misteriosas ruinas talayóticas entre pinedas.

Una de las cualidades más destacables de la isla balear es la cantidad de actividades diferentes que se pueden realizar en pocos días. Cuatro días en Menorca nos parecerán una eternidad cuando echemos la vista atrás para hacer balance del viaje, al descubrir la variedad de nuestras actividades y también la cantidad de quilómetros que hemos hecho casi sin darnos cuenta.

Los turistas suelen bromear diciendo que todo está a 20 minutos en coche en Menorca, porque eso es lo que te indicarán los habitantes locales cuando intentes orientarte. Pero hay que tener en cuenta que aunque a vista de pájaro, las distancias no son grandes, en Menorca sólo hay una carretera principal que une Maó y Cuitadella. De ella salen las carreteras secundarias hacia la costa y para acceder a algunas de las playas más bonitas hay que aventurarse por caminos sin asfaltar que nos adentrarán hasta los parques protegidos.

Poblaciones urbanas

Maó y Ciudadella son las dos ciudades de Menorca que se disputan el interés de los turistas y también la importancia y poder a lo largo de la historia. Aunque Maó es actualmente la capital administrativa, Ciutadella lo fue en tiempo del dominio inglés hasta 1722 y por eso es quizá más admirada que su competidora, debido a la cantidad de casas señoriales y el encanto de su centro histórico. Frente a la riqueza cultural de Ciutadella: la Catedral, la Naveta des Tudons, el Castillo de San Nicolás… Maó ofrece una espectacular vista a su puerto natural, que se adentra en la tierra formando un refugio formidable para las naves.

Fornells es otro núcleo urbano por el que merece la pena pasarse durante la estancia en Menorca. Famoso por su langosta, este pequeño pueblo pescador de casas encaladas y calles adoquinadas mira hacia una bahía rodeade parques naturales y calas tranquilas.

Cova d’en Xoroi

La cueva-discoteca está situada en una de las zonas de mayor construcción dirigida al turismo en Menorca. Hasta llegar a la Cala en Porter, desde donde se accede a las instalaciones de esta cueva reconvertida en local de ocio, pasaremos por numerosas urbanizaciones con una fuerte presencia de turismo inglés y alemán.

La peculiaridad de la Cova d’en Xoroi es precisamente su adecuación. Está abierta durante todo el día, por la mañana se pueden realizar visitas a las instalaciones, por la tarde se convierte en un bar-chill out donde poder disfrutar de una espectacular puesta de sol, con una bebida y música tranquila; y a partir de las 23 horas, en una discoteca.

Como no podía ser de otra manera, la cueva tiene varias leyendas, una historia de amor, pillajes y piratas, y otra que hace referencia a la expulsión de los moros tras la reconquista, pero en ambos casos, la trágica historia culmina con el protagonista, llamado ‘Xoroi’, saltando desde una de aberturas de la cueva al mar y desapareciendo engullido por las olas mediterráneas.

Las playas de Menorca

Rodeada de mar y con una gran riqueza de paisajes marinos y terrestres, es difícil hacer una selección de las playas y calas de Menorca. Sin duda, las más conocidas como cala Turqueta, cala Macarelleta o cala Mesquida tienen en común su arena blanca con pinares y las aguas turquesas, pero también son las más concurridas.

Si queremos alejarnos algo más, hay otras opciones muy recomendables. La playa de Cavallería, con una arena de tonos cobrizos que la diferencian de sus hermanas y la Vall d’Algaiarens. Esta última forma parte de una de las áreas naturales de especial interés. Rodeada por un pinar frondoso en el que se enclavan dos playas: Es Tancats y Es Bot. Su acceso está restringido a 200 coches diarios y es preciso pagar un peaje para estacionar en el parquing, pero si vamos de buena hora por la mañana y tenemos ganas de hacer una pequeña excursión entre pinares, es posible aparcar en la orilla del camino y caminar hasta la playa, así ¡será gratis!

El pasado prehistórico de Menorca

Adentrarse en el interior de Menorca nos acerca a un paisaje de dólmenes y monumentos talayóticos que desafían todas las leyes de la gravedad. Torralba d’en Salord es un museo al aire libre. Entre arquitectura y escultura, la característica ‘taula’, es una construcción única de Menorca que a pesar de los numerosos estudios realizados mantiene el misterio ya que no existe en otras islas, a pesar de formar parte de la cultura talayótica. Se piensa que esta construcción prehistórica desempeñaba funciones de santuario para el culto y sacrificio.

Al poblado talayótico de Torralba se puede llegar desde Maó, por un desvío de la carretera principal a siete kilómetros; y desde Alaior, por un camino que sale del mismo centro de la localidad.

Sa Cova des Coloms

Quizá el elemento más destacable sea sus increíbles dimensiones. La cueva es una catedral natural que nos hace sentirnos muy pequeños. Como su nombre indica, la cavidad ha sido utilizada desde la antigüedad por las palomas torcaces como refugio y por los habitantes de la isla para cazar estas aves.

Se sabe que ya en la época prehistórica era utilizada por los lugareños y seguramente como lugar de culto, ya que se han encontrado en su interior restos de ceremonias como un cuerno de toro.

Viajar a Menorca puede ajustarse al presupuesto que nos marquemos, ya que hay una amplia variedad de hoteles de todas las categorías y a la isla vuelan algunas de las principales compañías de low cost e incluso otras como Iberia o Spanair ajustan bastante el precio de los billetes para ser competitivas.