Ruta por Nueva Zelanda II: Tongariro y Abel Tasman

Tras Auckland y Rotorua, nuestra ruta continuaba rumbo sur, alejándonos de la zona más poblada de Nueva Zelanda. Si de los apenas 4 millones y medio de habitantes que tiene el país, el 72% de la población vive en uno de los 16 principales núcleos urbanos, imaginaros lo poco poblado y construido que está el resto del territorio. Y aún más si nos dirigimos a las míticas tierras de Mordor, oficialmente conocidas como Tongariro Nacional Park.

Tierras áridas donde los volcanes son los dueños y señores en un clima extremo y cambiante que puede dejarte aislado y rodeado de niebla en pocos minutos, o abrir ante tus ojos un paisaje que más que un escenario, parece inventado para las legendarias aventuras de El Señor de los Anillos.

Tongariro Nacional Park

Habíamos dormido ‘Off the road’ ese día, o lo que es lo mismo, aparcados en la carretera, dónde se disfruta de gran libertad y sale barato, pero no tienes ningún servicio ni puedes acceder a los autobuses de los campings y hostales que llevan hacia el inicio del trek Tongariro Crossing.

Habíamos decidido ir con la furgoneta hasta el parking y desde allí hacer la mitad del trekking llegando al cráter del volcán y regresar por el mismo camino para así poder continuar la ruta sin retrasarnos demasiados días.

Hacia el inicio del trekking en Tongariro @3viajes

El trekking no es difícil y aunque se complica en la segunda mitad, comienza plano, como un bonito paseo en el que ir admirando el paisaje. Nuestra previsión era de 6 horas de marcha, y así habría sido si el clima no se nos hubiera puesto en contra. Tras una ascensión literalmente entre las nubes, con un viento que nos congelaba el sudor en cejas y pestañas, todo lo que podíamos ver del volcán era un espeso manto de niebla del que podrían haber salido orcos tranquilamente, que no nos habría sorprendido.

Qué le vamos a hacer, ¡la montaña es rebelde! Así que comenzamos a desandar el camino y cuando casi estábamos llegando de nuevo a la llanura…

¡Las nubes comenzaron a irse al siguiente valle! ¿Qué hacemos? Estamos en la otra punta del planeta, dando la vuelta al mundo y durmiendo en áreas de servicio… Después de zamparnos un bocata de salami no hubo más dudas, ¡volvemos a la cima!

Lagos Azul y Esmeralda en Tongariro @3viajes

El paisaje lunar del cráter, salpicado por los Lagos Azul y Esmeralda merece la pena subir las veces que haga falta y nos resistíamos a irnos hasta que las nubes volvieron a cerrarse sobre el paisaje, como un telón al finalizar la obra, se había acabado el espectáculo.

La jornada de trekking fue más larga de lo previsto pero es en estos días de cansancio físico y felicidad por haber estado ahí, en los que una furgoneta parece un hotel de 5 estrellas y se duerme como nunca.

Abel Tasman National Park

Después de cruzar el estrecho de Cook, que separa la Isla Norte de la Sur, pusimos rumbo al Parque Nacional Abel Tasman.

Aquí nos esperaban nuevas caminatas, pero el paisaje volcánico había cambiado radicalmente, por playas de postal caribeña. Agua cristalina, arena dorada y senderos a pie de costa, entre un océano azulísimo y una vegetación tropical.

El Parque Nacional Abel Tasman tiene una extensión de 23.000 hectáreas. En plena Costa Dorada neozelandesa y debe su nombre al explorador Abel Tasman, que llegó en diciembre de 1642 y combatido por el pueblo maorí tuvo que marcharse en su primera expedición sin tocar tierra.

La costa está sembrada de pequeñas calas de arena dorada y un océano turquesa en el que cuando metemos la punta del pie, la temperatura del agua nos devuelve a la realidad, esto no es el Caribe.

Caminos por la costa de Abel Tasman @3viajes

Una vez más, nuestro recorte presupuestario, palabras muy de moda estos días, nos obligaba a buscar una fórmula que encajara en tiempo y gasto. Aunque los caminos que recorren la costa permiten recorrer el parque a pie durante varios días y dormir en los refugios, queríamos aprovechar al máximo nuestras semanas en Nueva Zelanda, y decidimos invertir en un transporte que nos llevara a lo que nos recomendaban, es la parte más bonita del parque.

El corazón de Abel Tasman, entre Onetahui Beach y Torrent Bay, se adentra en bosques de costa poblados de helechos y una frondosa vegetación que de repente desemboca en preciosas bahías. Este recorrido se puede realizar en un solo día y la ruta caminando resulta muy agradable, con la posibilidad de darnos un baño, eso sí, sin ensimismarnos demasiado, para no perder la lancha de vuelta que nos esperaba en Torrent Bay.

Playa en la Costa Dorada neozelandesa @3viajes

En Abel Tasman volvimos a probar un nuevo medio de transporte, el tractor remolcador de lanchas (con pasajeros a bordo). Al ser muy fuertes las mareas, no hay puertos, y las embarcaciones se sacan y meten en el mar con la ayuda de estos tractores que pueden atravesar las fangosas arenas cubiertas que moluscos que deja el agua al retirarse. Así de sencillo, de asfalto al mar.

Si cuentas con tiempo, una buena combinación para pasar un par de días en el parque y dormir en alguno de los refugios es alquilar un kayak para poder acercarse más a las focas de Tong Island y si se tiene suerte, juguetear con alguno de los delfines que viven en esta costa.