Qué ver en Ginebra: Quartier des Bains y el arte contemporáneo

Qué ver en Ginebra: Quartier des Bains y el arte contemporáneo

De los muchos atractivos turísticos que ofrece Ginebra, la capital suiza de aires más franceses, sus museos y la vibrante escena de arte contemporáneo que hallaremos en el Quartier des Bains son sin duda puntos muy destacados. Vamos a explorar este distrito ginebrino que está tan de moda y en donde la cultura y la diversión se combinan de una manera muy singular.

Pero intentemos antes resolver una pregunta complicada: ¿qué es el arte contemporáneo? Para algunos, se trata de una manifestación obtusa e incomprensible, pretenciosa y descarada destinada al consumo propio de artistas, galeristas, amigos y modernos; para otros, supone un enorme galimatías en donde ya no existen referencias a las que agarrarse a la hora de interpretar si una obra es buena o mala –salvo que ha sido comprada por mucho dinero o admitida para exposición–, y en donde no se distingue el cuestionamiento lícito de la llamada de atención o la simple ocurrencia. Sin embargo, en el Quartier des Bains de Ginebra, el arte contemporáneo se ha convertido en algo vital e importante: allí es un elemento revitalizante, vertebrador e indispensable para uno de los barrios más en alza de la ciudad suiza.

Quartier des Bains y la escena de arte contemporáneo en Ginebra

Hace poco, una obra del neoexpresionista estadounidense Jean-Michel Basquiat se vendía por la desorbitada cifra de 110 millones de dólares, nada desdeñable pero aun así algo más de la mitad que la venta récord de otro célebre compatriota y también distinguido artista del gremio, Jackson Pollock. Y ambas, ya hablan de tú a tú en el mercado del arte a un Rembrandt o un Picasso: llámame tonto, dirán los pintores vanguardistas de hoy en día. Pero no quisiera hacer una crítica del estado actual del arte contemporáneo, que desde luego me queda muy grande, sino simplemente mostrar que está en alza y que puede llegar a ser algo muy serio. ¿Y qué puede hacer por nosotros el arte moderno, en qué maneras nos puede elevar? Pues me alegra que me hagas esa pregunta, pero mejor que responda alguien que sabe, como por ejemplo la crítica y curadora Valeria González:

«Si algo puede servir como definición del arte contemporáneo es su intención de incomodar, de cuestionar, de seguir reeditando la pregunta: ¿esto es arte? Para que esta pregunta sea una ventana a otras, como ¿cuál es el mundo en el que vivo?, ¿quién dice qué es arte y qué no?, ¿quién dice qué es verdadero y qué falso? Entonces, cuando alguien se planta frente al urinario de Marcel Duchamp y se pregunta casi despectivamente «¿esto es arte?», está haciendo la pregunta correcta.»

Se trataría pues de provocarnos preguntas que nos lleven a cuestionar nuestra percepción de la realidad, las reglas sociales que rigen nuestras vidas y sus convencionalismos para que cada cuál obtenga sus repuestas; y desde luego, en el Quartier des Bains de Ginebra encontraremos muchísimas cuestiones por explorar y por intentar resolver.

Pero hace 25 años, el Quartier des Bains era un distrito industrial y de clase trabajadora en Ginebra con varias décadas de decadencia a sus espaldas; entonces surgió la idea de abrir varias galerías de arte contemporáneo como una especie de experimento inédito, con fondos mitad privados y mitad públicos que perseguían de manera ingeniosa recuperar y rehabilitar espacios en desuso y reacondicionarlos para usos relacionados con la expresión artística en esta zona suroeste de la ciudad, y con ello comenzar a revitalizarla socialmente.

La iniciativa tuvo un éxito inmediato y en la actualidad hablamos de 14 galerías de arte que se encuentran próximas a la Universidad de Ginebra y al MAMCO (Museo de Arte Moderno y Contemporáneo), que es el verdadero epicentro de toda esta inquietud; todo un caldo de cultivo que fue cocinandose lentamente y que ha originado una escena cultural vibrante, gracias también a la proliferación de pubs y restaurantes donde, junto a las galerías y al MAMCO, hoy en día se reúne un montón de gente diversa al caer la tarde, cuando salen de estudiar o del trabajo, se encuentran, pillan unas cervezas y se dan una vuelta por las galerías de arte a conocer las nuevas propuestas. Y cada seis meses aproximadamente, un viernes –nosotros asistimos al reciente evento de finales de mayo–, se celebra una jornada festiva, la Nuit des Bains en donde las galerías abren hasta tarde y todas coinciden en inaugurar nuevas exposiciones.

Como por ejemplo, la exposición Make America great again (Galería Blonde & Cie, exposición hasta el 8-7-17), consistente en obras murales de Peter Saul y John Tweddle, dos autores americanos de distintas trayectorias pero que más o menos se preguntaban lo mismo en la década de los 60: ¿cómo va a evolucionar en el futuro un país como este?

De ello surgieron unas obras rabiosamente coloristas, críticas e inclasificables, en donde la única referencia identificable de la época en que se presentaron es la cara de Richard Nixon que encontraremos en uno de los murales; porque por lo demás, podrían haber sido pintados ayer: tan tremendamente frescos son que, si cambiamos la cara de Nixon por la de Trump, tendremos la misma visión un tanto esquizofrénica de una sociedad diversa y compleja, que conjuga por igual violencia y altos estándares democráticos, espectáculos de masas y puritanismo recalcitrante.

En la galería de arte Ribordy Contemporary (Boulevard d’Yvoy 7b, Ginebra) tenemos hasta primeros de julio una exposición del neoyorkino Rusell Tyler, pintor conceptual que bebe de las fuentes de Jackson Pollock, entre otros, y volcado en provocar emociones a partir de la combinación minimalista de formas y sobre todo de colores. El discurso de presentación de su obra, al que tuve la fortuna de asistir, se me antojó ciertamente indescifrable, señal quizá de que la cosa tenía sustancia.

I am glad when someone is asking my advice on life (me alegra cuando alguien me pide consejos sobre la vida), del ginebrino Gilles Furtwängler y expuesta en la galería de arte contemporáneo Skopia, es una exposición muy popular tanto por el concepto desenfadado del proyecto (frases y consejos más o menos escondidos dentro de las pinturas) como por tratarse de un joven artista local que incluso trabajó durante un tiempo como asistente en una de las galerías del Quartier des Bains.

Otra exposición muy interesante, esta vez en el MAMCO y presentada por el colectivo disnovation.org, es una crítica a nuestros tiempos donde el software y lo digital han tomado definitivamente el mando de nuestras vidas; en el proyecto Blacklist tenemos un listado de webs que han sido bloqueadas por ser consideradas de tráfico ilícito o licencioso –de nuevo, ¿quien decide lo que es aceptable y lo que no?–. Desplegado en forma de libro enciclopédico (que podemos adquirir in situ), esta colección revela los límites de nuestro modelo social e ideológico, decidiendo y estigmatizando aquellas cosas que no deberían de ser vistas por suponer un peligro para el sistema.

En otra exposición multimedia denominada Predictive Art Bot asistimos a la proyección de frases generadas por ordenador a partir de conceptos y discursos que se suelen utilizar en la definición de proyectos artísticos, y que en ambos casos llevan al mismo resultado: frases impenetrables que esconden un vacío conceptual. De esta manera, se nos muestra una crítica al uso del lenguaje actual verborreico y carente de sentido que usamos cuando no tenemos nada que decir pero queremos llamar la atención, ya sea en círculos artísticos, en política, en el bar de la esquina o a diario a través de las redes sociales.

MAMCO, exposición del colectivo desinovation.org

Y en The Museum of Failures (el museo de los fallos) tenemos un archivo repleto de etiquetas de proyectos tecnológicos abortados, otros que mostraron errores y mal funcionamientos, los que resultaron negocios fallidos, otros que fueron rechazados a nivel ético o los que pasaron directamente al olvido. En una sociedad que encumbra la innovación y las novedades constantes, estos proyectos ya definitivamente archivados contienen separadores vacíos para que seamos nosotros los que los rellenemos de los motivos de su caída en desgracia.

MAMCO, exposición del colectivo desinovation.org

Otra sala en el MAMCO muestra una proyección con tres vídeos que se están consumiendo en Youtube en ese momento y escogidos enteramente al azar, que van cambiando cada pocos segundos y cuya yuxtaposición nos resultará fascinante a poco que le dediquemos unos minutos a encontrar una o varias combinaciones estupefacientes.

Cambiando de estancia y atraídos por una música de fondo encumbrada por la voz de lo que se nos antoja un poeta, encontramos un recinto ténuemente iluminado que presenta una audiencia de unas cien personas sentadas en butacas, mirando atentamente a un escenario en el que un maniquí con peluca permanece impertérrito delante de un micrófono. La voz del artista viene de detrás, sentado en el suelo tras una pared que da al escenario, oculto a su audiencia, desgranando unas frases en francés que no restan intensidad a lo surrealista –y definitivamente atractivo– de la escena.

Más tarde, contemplamos una fotografía en blanco y negro de gran tamaño correspondiente al funeral de una autoridad de la Casa Blanca en la época de la presidencia de Bill Clinton –quien aparece al lado del féretro–, pero con la particularidad de que la foto está puesta boca a bajo y mirando al otro extremo de la sala, donde se acumula una pequeña montaña de basura en la que lo único distinguible entre la maraña de hierros y porquerías varias parece ser una lata de cerveza Budweiser, aplastada hace bastante tiempo.

Arte contemporáneo, señores: búsquenle el significado, su propio significado.

El mejor momento del año para explorar el Quartier des Bains de Ginebra es probablemente en el tercer fin de semana de mayo, que es cuando tienen lugar los eventos Nuit des Bains y Nuit des Musées Genève. El primero consiste en la inauguración simultánea de exposiciones en todas las galerías de arte contemporáneo, normalmente con presentaciones de los artistas y snacks para los visitantes. Sucede el viernes de ese fin de semana, cuando las galerías abren de 18h a 21h. La Noche de los Museos tiene lugar al día siguiente, sábado, y el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Ginebra (MAMCO) abre sus puertas hasta las 22h en un ambiente multitudinario y muy animado. Estos eventos forman parte de una completa agenda de actividades de ocio en Ginebra especialmente orientada a parejas y denominado #fuelfortwo (energía para dos), donde se destacan los aspectos relacionados con los colores azul (lago Ginebra, spa y wellness, deportes, etc.), verde (parques, viñedos, cicloturismo, etc.) y rojo (arte y museos, pubs y restaurantes, nightlife) que ofrece Ginebra para una perfecta escapada para dos. Más información en la web de GenevaLive Tourism.

Continúa leyendo la serie 'Qué ver en Ginebra'Qué ver en Ginebra: el Museo de la Cruz Roja InternacionalMandarín Oriental. Ginebra  

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Publicado por Manuel Aguilar

"Viajar es uno de los mejores caminos para encontrarse a uno mismo."

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