La foto de Stavanger

La foto de Stavanger

Todos hacemos buenas fotos, pero la gran mayoría de nosotros sólo las obtenemos muy de vez en cuando. Lo que diferencia a los buenos fotógrafos –sean o no profesionales– del resto de mortales es que ellos consiguen buenas fotografías con mucha más frecuencia, y sobre todo de manera predecible y consistente: los buenos fotógrafos siempre vuelven de una sesión fotográfica o de un encargo con el tipo de fotos y la calidad que se espera de ellos, ni más ni menos.

Cuando este verano estuve con mi familia de crucero por los fiordos noruegos volví con muchísimas instantáneas, algunas de ellas buenas. Una de mis preferidas es esta de Stavanger.

¿Por qué me parece una buena foto? Independientemente de lo que puedan opinar los expertos, para mí los colores, la composición, el encuadre y los demás aspectos técnicos de la foto logran el mismo objetivo, totalmente subjetivo: transmitir el Stavanger festivo y veraniego que descubrimos en una alegre mañana de agosto. Daba la casualidad de que ese día se celebraba el Festival gastronómico de Gladmat, y el ambiente no podía ser más animado en la ciudad portuaria noruega.

La foto de Stavanger

Llevábamos un rato caminando y reconociendo el centro de Stavanger, cuando de manera natural nos fuimos dirigiendo a las zonas más ambientadas del puerto. Entonces, nada más girar y encarar la calle Skagenkaien, me encontré con la foto: unas terrazas a rebosar de clientes, unos jóvenes nórdicos con sombreros y tatuajes llamativos en primer plano, casas de madera con fachadas coloridas de fondo y un perfecto cielo azul. Creo sinceramente que es una de las fotos más atractivas de Stavanger que se puedan obtener, una imagen que utilizar en su promoción turística.

La foto es mitad casualidad, mitad intención. Mi único mérito reside en reconocer inmediatamente que me encontraba ante una buena foto, y en aplicar la técnica necesaria para capturarla. Aparte de reconocer la foto, la principal dificultad era que no disponía de apenas tiempo para disparar, puesto que íbamos con dos niños pequeños que no son muy amigos de pararse, y de todas formas, aunque hubiera estado solo, tampoco podía estar mucho tiempo tomando fotos antes de incomodar a mis nórdicos y fotogénicos protagonistas del primer plano. Así que vi la foto, le eché valor y me pegué a los chicos de sombrero púrpura ya que iba con la focal fija de 28mm (equivalente a 42mm). Bajé la ISO a tope, cerré diafragma para obtener la mayor profundidad de campo (enfoque) posible, enfoqué manualmente, miré de reojo la medición de la luz propuesta por el fotómetro de la Nikon, adapté la velocidad de disparo, encuadré y tomé un par de fotos antes de seguir caminando.

La foto hubiera sido mejor si hubiera esperado a que los personajes del primer plano se miraran más entre ellos y menos a los móviles. De hecho, la segunda foto que disparé estaba un poco mejor en este sentido, pero el encuadre me gusta menos que el de la primera porque recorta demasiado los techos de las casas:

Nórdicos terraceando en Stavanger
Foto descartada: los personajes están mejor, pero los tejados quedan demasiado recortados

Así que me quedé a las puertas de una foto mejor.

La fotografía de viajes profesional

Hasta ahí, la parte intencional y la fortuna. ¿Hubiera conseguido una foto similar de no presentárseme en condiciones tan favorables? Yo no, pero un fotógrafo profesional probablemente sí, de la única manera posible: trabajando.

El fotógrafo profesional intenta minimizar el azar en lo posible, para ello habría trabajado esta fotografía a varios niveles:

  • Se habría documentado previamente: conocería perfectamente del festival veraniego y su fecha de celebración, del ambiente en Stavanger, y habría hecho coincidir su visita con el evento. O sea, que en este caso no se habría encontrado la foto sino que el conocería de su existencia previamente, y habría ido a buscarla. En este mismo sentido, el profesional habría investigado fotos anteriores de Stavanger en verano y uno de sus eventos estrella como es el festival de Gladmat, y habría apuntado mentalmente las mejores escenas para o bien repetirlas, o bien buscar un ángulo diferente con el fin de distanciarse de ellas y mostrarse original.
  • habría escogido una luz más amable, si le hubiera sido posible: a primera hora del día o en las postrimerías de la tarde, con la luz dorada proyectándose en las caras y en las fachadas. Yo no tuve más remedio que disparar la foto al mediodía, donde la luz es más dura y provoca sombras más dramáticas.
  • habría esperado a los personajes perfectos para tomar la foto, o habría disparado varias fotos con diferentes personas. Y aún así, buscaría atentamente en ellos gestos de complicidad y de pasarlo bien. Yo tuve la suerte de encontrar unos personajes muy fotogénicos en mi primer y único intento, con lo que el azar influye muchísimo (imaginaros que, por mucho que se buscara una buena combinación, ¡no llegara a aparecer nadie interesante a nivel visual en las terrazas en todo el día!).

En una ocasión, Aníbal Trejo, fotógrafo profesional y compañero blogger de viajes, me contó que para trabajar un encargo en Londres hubo de estarse hasta dos semanas esperando a que saliera un rayo de sol, para así poder hacer las fotos que el cliente le exigiría a la vuelta. Nos podemos imaginar lo duro que puede ser la profesión de fotógrafo profesional de viajes a veces…

Encarar la fotografía de viajes

Como vemos, hay al menos tres maneras de conseguir fotos de viajes:

  • Aleatoriamente. Apuntar y disparar sin pensar, and hope for the best, como dicen los ingleses. La inmensa mayoría de las fotos de viajes se producen así.
  • Sacando partido a las escenas que se nos presentan. Sin buscar las fotos expresamente, se trata de pensar un poco ante las escenas que se nos presentan y trabajar las fotos que queremos conseguir. Esta foto de Stavanger es buen ejemplo de ello.
  • De manera profesional. Documentándonos y yendo a buscar exactamente las fotos que necesitamos, poniendo el tiempo y los medios que haga falta para conseguirlas.

¿Y vosotros, qué tipo de fotos hacéis en vuestros viajes? ¿Qué anécdotas tenéis de vuestras mejores fotos?

Este artículo ha sido elaborado en colaboración con Iberocruceros, con quienes hemos realizamos un crucero por los fiordos noruegos del cual hemos quedado encantados.

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#escandinavia#Europa#noruega#cruceros#fotografías

Publicado por Manuel Aguilar

"Viajar es uno de los mejores caminos para encontrarse a uno mismo."
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