Atrio. Cáceres

¿Es Atrio un restaurante fetén con habitaciones? ¿O es un hotel con un dos estrellas Michelin? Porque aquí fue antes el huevo que la gallina. Es decir, Atrio ha ejercido de restaurante gastronómico durante 25 años en la zona nueva de Cáceres. Pero sus carismáticos propietarios, Toño (al frente de la cocina) y José (sala y bodega), tenían alma de hoteleros. Y, tras siete años de obras, dieron a luz en el casco histórico de la ciudad un cinco estrellas marca Relais & Châteaux con personalidad (algo dificilísimo de encontrar en la hotelería moderna). Ya ha cumplido un año y que está demostrando que su vocación, a diferencia de otros restaurantes de alto copete con estancias, es la de competir con los mejores hoteles de España en su categoría.

Vistas a la Plaza de San Mateo y a su iglesia
Vistas a la Plaza de San Mateo y a su iglesia

En la azotea, terraza con sofás y dos albercas
En la azotea, terraza con sofás y dos albercas

En solo 14 meses han conseguido imprimir carácter al hotel. El servicio, joven y nada estirado, te invita a sentirte como en casa. Y la atención de Toño y José, comprometidos con un alto nivel de exigencia y amor por el detalle, es personalizada. No son unos propietarios ausentes sino que se vuelcan con cada huésped. Pueden hacerlo porque el establecimiento ofrece únicamente 14 habitaciones, que son las que han salido de la rehabilitación del edificio. Éste se encuentra tan perfectamente integrado en la zona antigua de Cáceres que decenas de arquitectos llegan hasta Atrio para admirar la obra de Tuñón y Mansilla (también artífices del Musac leonés). Su aparente sencillez al estilo nórdico, el predominio de la madera, que aporta calidez, los amplios ventanales por los que se cuela luz a raudales y sus encantadores patios repletos de plantas le han valido el Premio FAD de Arquitectura 2011.

Diseño y minimalismo en las habitaciones
Diseño y minimalismo en las habitaciones

¿Por qué nos empeñamos en volar a Vietnam de viaje de novios teniendo Cáceres, Patrimonio de la Humanidad, a un paso? Es una de las ciudades más románticas de España, una característica que se acentúa si te alojas en Atrio con tu pareja. Sus suites las carga el diablo, porque no hay quien salga de ellas. Son muchos sus alicientes: vistas a la piedra antigua de sus vecinos de plaza (desde una iglesia a un convento), silencio sepulcral (solo las campanas y los pájaros velan a los insomnes), colchón gozoso, bañera kilométrica, arte en las paredes (Warhol, Saura, Tàpies, Ruff…).

Restaurante y bodega

Restaurante y bodega
Restaurante y bodega

Aunque no comas ni cenes en el restaurante (un pecado, por otra parte) visita la bodega. Es de las mejores del mundo. Conserva 40.000 vinos, 3.600 referencias, botellas decoradas por Picasso, Miró, Bacon… El comensal más atrevido que ha pisado el restaurante pidió un Vega Sicilia Único de 1941 que le costó la friolera de 1.400 euros. Y estaba excelente. El sumiller explica que almacenan 25 añadas de Haut-Brion, 24 de Lafite-Rothschild y 23 de Petrus, siendo la de 1947 la más antigua. En una pequeña capilla, oda al Château d’Yquem, se expone la colección de este caldo mágico.

El desayuno es, junto con el de Can Fabes (Barcelona), el mejor que he probado hasta la fecha. Es recordarlo y llorar de la emoción.

Ficha del Hotel Atrio

Dirección: Plaza de San Mateo, 1. Cáceres (España).
Web: www.restauranteatrio.com
Categoría: 5 estrellas.
Nº de habitaciones: 14 (de las que cinco son suites).
Mejor habitación: la suite 201. Es la que tiene más ventanas. Dispone de una enorme bañera exenta, de un warhol que José compró al galerista Pepe Cobo y de dos mecedoras encantadoras con su mantita. En el baño no hay colgadores para no estropear el granito negro. Es lo malo que tiene el diseño.
Lugar de interés más cercano: tan cercano como que se ubica en él… Todo el casco antiguo de Cáceres es epatante. Merece la pena pasear de noche por sus callejuelas, pues los edificios se iluminan hasta la 1 de la madrugada.
Servicios: chófer, aparcacoches, garage privado, sala de reuniones, bar, terraza con vistas a la ciudad histórica con dos abarcas.
Internet:wifi gratuito (como debe ser) y ordenadores Apple en las habitaciones.
Detalles: revistas Esquire y Harper’s Bazaar en habitaciones y hall, sales (abundantes) y manopla en el baño, botes de gel, champú y acondicionador de gran tamaño, botones para subir y bajar automáticamente los estores…
Precio: entre 250 y 700 euros la noche. Desayuno: 30 euros. Restaurante: entre 89 y 109 euros. A estas cantidades hay que sumar el iva.

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#La testadora de camas

Publicado por Ana Franco

La ‘testadora’ de camas. El sueño de mi vida laboral es ser probadora de camas de hoteles de lujo. Ventajas: todas. Duermes mucho (estupendo para el cutis), no pagas alquiler por un piso (ni las facturas que conlleva), el personal te mima como si fuera tu madre y viajas sinfín. Por si fuera poco, el servicio que prestas a las empresas hoteleras con tus informes (el lecho no está suficientemente iluminado, la dureza del cuadrante A3 es excesiva, la almohada pierde pluma…) se me antoja inestimable. Hasta que llegue mi oportunidad seguiré siendo periodista, especialidad: lujo. Que tampoco está mal. Mi profesión y mi vocación de curiosa me llevan a viajar constantemente, y no de cualquier manera. Visito hoteles de playa, de montaña y de monumento; establecimientos de cuatro, cinco y siete estrellas (de seis no, no me preguntéis por qué); espacios minimales, recargados y hórror vacui. A partir de ahora, y gracias a mi querida Doris, los diseccionaré para 3viajesaldia. Que también es un lujo de página. ¿Te gustan los artículos de Ana? No dejes de visitar Deluxes.net

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